Lo ningunearon cada vez que pudieron. Lo trataron de “ilegal” e intentaron hacerlo desaparecer de la percepción social. Pero como todo, es cuando el problema llama a la puerta propia que eso que estaba ahí siempre adquiere proporcionalidad.
El dólar blue fue para este Gobierno lo que el interior del país para el histórico centralismo argentino, algo con lo que habría que lidiar alguna vez. Pues bien, los desbarajustes devenidos de los errores no forzados y las decisiones viscerales de los últimos años ponen hoy a lo obvio casi al frente del enorme paquete de problemas.
Y la salida fue la de siempre… la culpa es de los demás, del turista, del que anhela viajar. Haber ignorado el problema en su tiempo no resultó. Seguramente buscar las responsabilidades fuera tampoco lo hará.
Lo obvio sigue estando ahí, grande, inmenso, inconfundible para buena parte de la sociedad. Y no es otra cosa que afrontar los problemas de siempre con las mismas maniobras de toda la vida. Los resultados, por tanto, seguirán siendo los mismos.