Tras una serie de investigaciones previas, la Brigada de Control Ambiental (BCA) junto a la Policía Federal, realizaron un allanamiento en un local de indumentaria ubicado en plena ciudad de Buenos Aires, donde secuestraron tapados y prendas confeccionadas con piel de animales silvestres.
Se detectaron abrigos fabricados con piel especialmente de felinos o mamíferos, como de yaguareté, de zorro, leopardo, mono, visón, de chita y de gato onza. Pero también habían prendas hechas con piel de reptiles.
La alerta que dio paso a las indagaciones fue que miembros del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación detectaron que en redes sociales circulaba libremente la oferta de productos de la fauna silvestre. Esta acción implica la infracción a la Ley de Conservación de la Fauna Silvestre y su Decreto Reglamentario 666/1997.
Con esta información los agentes de la BCA y los efectivos del departamento de Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina, se presentaron en el comercio ubicado sobre la calle Marcelo Torcuato de Alvear. Al inspeccionar el local, se encontraron con los productos ilegales a la venta.
Entre las prendas, hallaron varios tapados de piel de yaguareté (Panthera onca), una especie categorizada “en peligro crítico”, contemplada por la ley N° 22344, y amparada por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
A su vez, detectaron carteras y botas fabricadas con cuero de yacaré, cocodrilo y pitón. Las prendas se vendían a precios elevados, por ejemplo, un tapado valía alrededor de un millón de pesos.
A través de la BCA inspeccionamos un local comercial en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que vendía tapados y diversos productos de piel de fauna silvestre.
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— Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (@AmbienteNacion) May 27, 2022
Cabe destacar que la comercialización de este tipo de productos debe contar con documentos que acrediten el legal origen y el tránsito hasta el lugar de venta. Sin embargo, en este caso, los dueños del local no poseían estas autorizaciones, por lo que se llevó a cabo el secuestro de la mercadería.
La situación es seria y preocupante, porque generalmente estos locales trabajan en conjunto con una red de cazadores furtivos y tráfico de animales de especies protegidas, que operan en un mercado negro donde se genera y circula mucho dinero.
Con el paso del tiempo, esta comercialización se expandió valiéndose de las redes digitales y las ventas online.
Fuente: Infobae