La tensión entre los productores e industriales en la cadena yerbatera se mantiene y crece, con el inicio de una nueva cosecha gruesa y mientras se aguarda por el laudo de la Nación que definirá el precio del producto. Así, el equilibrio que se intenta mantener generando rentabilidad para todos los sectores, corre peligro con el avance de maniobras que son observadas con desconfianza por los productores.
En tal sentido, el sector industrial comenzó a deslizar hace semanas atrás su preocupación por los efectos de la sequía que, según apuntan, derivarían en un faltante de materia prima y la necesidad de traerla desde Brasil o Paraguay.
Entrevistado por PRIMERA EDICIÓN, Cristian Klingbeil, productor yerbatero y tealero de la provincia, consideró que “este negocio es monetario, es muy grande la diferencia entre la yerba importada y la que se comercializa internamente”. Aclaró que “no hay faltante de yerba. En el 2017 se cosecharon 690 millones de kilos de hoja verde y no fue necesario importar yerba. Ahora que se cosecharon 880 millones de kilos tampoco se debe importar yerba”.
Desde el sector productivo no creemos que sea necesario importar yerba. Si puede haber un faltante de yerba eso se notará en el 2023, pero no ahora”, sostuvo.
Por su parte, Ricardo Maciel, representante del Gobierno provincial en el Directorio del Instituto Nacional de la Yerba Mate, señaló que “esa información la vamos a tener con precisión en mayo o junio cuando la cosecha esté avanzada, porque ahora hay muchos yerbales que se están recuperando”.
“Ahora tenemos lo que fue la cosecha del año pasado, tenemos stock de casi 10 meses en los depósitos. Por lo tanto, para este año no habría inconveniente de abastecimiento de materia prima”, adelantó y recordó que “la importación es abierta, pero se trabaja con mecanismos de control de calidad para que la canchada que llega desde otros países reúna las mismas condiciones de calidad que exigimos a los secaderos de nuestra zona”.
Negocio y stock
La posibilidad de ver crecer la importación de yerba alimenta el fuego en un tirante conflicto entre el sector productivo y el industrial, teniendo en cuenta que tal opción influye sobre el precio que se paga por la materia prima en la cadena productiva local.
Por ello, Klingbeil apuntó: “La industria busca hacer negocio con yerba canchada mucho más barata que la nuestra para luego volver a comercializarla dentro. Y el otro motivo es que quieren stockearse, hacerse de un stock de muchos meses entonces, después, nosotros los productores tenemos que financiar a la industria con cheques a largo plazo y con aprietes hacia abajo de los precios de la materia prima”.
“La industria busca repetir la historia de que haya mucha yerba en los depósitos y que la variable de ajuste y el que financie toda la cadena sea el productor”, criticó.
Arancel a la importación
Cabe recordar que, a fines de marzo pasado, asociaciones y productores yerbateros se reunieron con el objetivo de abordar varios temas sobre el sector, entre los que resaltó el planteo de solicitar al Ejecutivo provincial que se cobre un arancel a la yerba importada, es decir a la canchada que ingresa desde Paraguay y Brasil.
En relación a esto, Klingbeil expresó que “mi opinión no está a favor de lo que pide la mayoría de los productores, que es un impuesto sobre la yerba importada. Lo que se tendría que hacer es ir a Nación y reclamar un dólar diferenciado para las economías regionales, porque los que pasa con la yerba y por el mismo valor del dólar nos está complicando también en el té”.
“No podemos producir con el valor del dólar, es imposible, nuestros costos son mucho más altos”, describió y agregó: “Hasta los vitivinícolas tienen problemas, están pidiendo por favor que se tome alguna medida para frenar la importación de vino a granel porque viene más barato desde Chile que lo que pueden producir en nuestro país”.
“Esto es todo monetario, si se corrige el precio del dólar y alcanzamos un valor más competitivo para las economías regionales, desaparece el principal negocio de importar yerba de Brasil o Paraguay en nuestra región”, cerró.
Mientras que Raúl Karaben, presidente de la Cooperativa Yerbatera de Santo Pipó, indicó a este Diario que “no es descabellado que se implemente un impuesto a la importación de yerba. Esa posibilidad existe, pero tiene que salir a través del Congreso de Nación. Todo lo que tiene que ver con el comercio internacional es regulado por el Congreso, no puede ser provincial”.
Al mismo tiempo, manifestó: “En todo el país tenemos 168 impuestos. Cada vez que aparece un impuesto nuevo es un duro golpe a toda la actividad económica. No hacen falta más impuestos, pero creo que lo están viendo como una posibilidad de frenar que eventualmente venga yerba de Paraguay o Brasil”.
“Si existe la posibilidad que venga yerba de otros países, tiene que ver con la necesidad de regular la faltante que se puede dar por efectos de la sequía de este año y para que no se dispare el precio”, dijo.
Además, planteó: “Todavía no sabemos si será necesario importar. Todo el mundo habla que la disminución de producción en este año rondará entre el 15% al 30%, de acuerdo a la zona. No sabemos cuánto será en definitiva, porque además ahora está lloviendo bastante, hay que ver cómo se desenvuelve la cosecha y ahí se podrá evaluar bien”.
Por otro lado, Karaben resaltó que “hay que tener en cuenta que la suba, en lo que tiene que ver con el valor de la materia prima, y que puede poner muy contentos a los productores, significa automáticamente que los consumidores, que son los que pagan el precio de la yerba, también serán afectados”.