El último viernes, tras la expectativa que se generó respecto del plan de “guerra” contra la inflación que pondrá en marcha el Gobierno, el presidente Alberto Fernández anunció desde la Casa Rosada el paquete de medidas que implementarán para estabilizar los precios.
El mandatario dijo que decidió “constituir un fondo de estabilización con el objetivo de evitar el traslado de esta suba del precio internacional del trigo al precio que pagan los argentinos y argentinas”, y aseguró la vocación del Gobierno de construir “acuerdos con los diferentes sectores”.
Los anuncios tienen lugar en un contexto delicado: la inflación de febrero se aceleró a 4,7% traccionada por una suba en el precio de los alimentos de 7,5%, pero en marzo se recalentó aún más y, según las estimaciones privadas, el costo de vida de este mes superará al 5%.
Así las consultoras corrigieron sus cálculos y proyectan que la tasa inflacionaria este año terminará arriba del 60%, frente al 50,9% que había registrado en 2021, y quedaría muy lejos del rango de entre 38% y 48% contemplado en el nuevo programa con el FMI.
A principios de este año, un guarismo de esa magnitud los economistas sólo lo vislumbraban bajo un eventual escenario de que el cierre del acuerdo con el FMI se demorara más allá del primer trimestre de 2022, lo que hubiera implicado caer en default con el organismo internacional.
El Congreso sancionó esta semana el proyecto de ley que envió el Poder Ejecutivo para avalar el acuerdo con el FMI, con lo cual el directorio del organismo lo tratará y aprobaría el viernes, tras postergar los vencimiento por u$s 2.800 millones que deberá pagar el país, para lo cual Economía necesita de los recursos del primer desembolso previsto en el programa con la institución por u$s 9.800 millones
Pero el conflicto bélico desatado a fin de febrero entre Rusia y Ucrania disparó el valor de los commodities que repercutió en los precios de alimentos y energía, lo que aceleró la inflación.
Alimentos sin freno
La canasta básica alimentaria, que se usa como parámetro para medir el nivel de indigencia, y golpea a los sectores más vulnerables de la población se encareció en febrero 9% respecto a mes previo, y la variación interanual alcanzó a 52,2%, informó el último jueves el INDEC.
Y el panorama luce preocupante en marzo cuando ya pega plenamente el efecto de la guerra en Ucrania. Los precios de los alimentos siguen este mes sin dar respiro, según los sondeos privados.
El relevamiento de LCG arrojó que en la tercera semana de marzo la suba de precios de los alimentos promedió 2,44%, acelerando 0.86% respecto la semana anterior, y enfatizó que “se trata del alza más importante desde que iniciamos el relevamiento en septiembre 2020”.
El sondeo detectó que los precios de bebidas (+4,5%) y productos panificados (+ 3,8%) aportaron la mitad del aumento semanal total.
Así la consultora precisó que el índice de alimentos y bebidas “presentó una inflación mensual de 4,6% promedio en las últimas 4 semanas y 5,9% punta a punta en el mismo período”.
De acuerdo a la medición, la inflación de este mes en alimentos la lideran la categoría verduras (+7,2%) y panificados (+5,4%).
Sobre esta cuestión, Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, indicó a iProfesional que el sondeo del precio de los alimentos de esa consultora reflejó en la tercera semana de marzo “4% de variación semanal”.
¿Qué se espera para este año?
Con el recalentamiento de precios en febrero y marzo, y expectativas inflacionarias altas en los próximos meses, las consultoras revisaron en los últimos días sus números y corrigieron al alza sus proyecciones, y ahora vaticinan una inflación anual superior al 60%.
En este sentido, Menescaldi contó que Eco Go elevó la estimación de 60% a 62%, mientras que el economista Diego Piccardo, de la Fundación Libertad y Progreso auguró que “es probable es que se ubique en el rango de entre 60% y 65% en lugar del 55% a 60% que veníamos hablando”.