El 20 de marzo de 2012, el Tribunal Penal 1 de Oberá condenó a 23 años de prisión a un joven de 21 y su cuñado de 23, tras hallarlos culpables del asalto y crimen de una jubilada de 78 años, en Colonia Alberdi, casi un año antes.
La noche del 28 de marzo de 2011, cerca de las 21, Hilda Zeiss (78) descansaba en su humilde vivienda en la citada localidad cuando fue alcanzada por la sinrazón, la violencia y la muerte.
De repente, los golpes en la puerta quebraron el silencio en la vivienda y la mujer fue a ver de qué se trataba. Del otro lado le respondieron en alemán y la abuela relacionó el idioma con uno de sus hijos, que vive a pocos metros y acostumbraba visitarla para compartir una ronda de mates.
El engaño funcionó y Zeiss abrió la puerta. Cuando lo hizo, dos delincuentes encapuchados y con guantes ingresaron al inmueble y dieron inicio a la pesadilla. Sin piedad, la dupla golpeó salvajemente a la anciana y a uno de sus hijos (de 53 años en ese momento), que descansaba en una habitación y ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar.
Después, los ladrones mostraron su peor cara y violaron a la dueña de casa, antes de marcharse con 900 pesos y una motoguadaña.
Mientras la víctima se debatía entre la vida y la muerte después de la golpiza que recibió, en la mañana del sábado 9 de abril de 2012, efectivos de la Unidad Regional II de la Policía provincial detuvieron a los dos sospechosos, de 21 y 23 años.
La anciana aguantó unos pocos días más y luego su cuerpo dijo basta.
El juicio contra los jóvenes se celebró casi un año después, en marzo de 2012. La fiscalía solicitó para los sujetos una pena de 25 años de prisión por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado, lesiones y robo agravado por muerte resultante y en despoblado”, mientras que la defensa solicitó 12 años para uno de ellos y la absolución del otro.
Es que el primero de los acusados (el de 21 años) reconoció haber violado y golpeado salvajemente en el atraco a la mujer, sin embargo no alcanzó con la mera confesión: al no existir evidencias concretas y científicas que acreditasen los abusos sexuales, el Tribunal integrado por los magistrados Lilia Avendaño, Francisco Aguirre y José Rivero decidió absolver a ambos individuos por el “beneficio de la duda”.
No obstante, sí se estableció que la anciana falleció a causa de las graves heridas que sufrió aquella noche. Por eso se los condenó a 23 años de prisión por los delitos de “robo con muerte resultante y robo en despoblado”.