
Una mujer murió el 7 de octubre de 2011 tras recibir una salvaje golpiza a manos de su pareja y la amante de éste, luego de sorprenderlos teniendo relaciones sexuales, según la denuncia que radicó la misma víctima horas antes de su fallecimiento.
El mortal desenlace ocurrió en un geriátrico de Santo Pipó, donde el hombre involucrado trabajaba como enfermero.
La persona asesinada era una promotora de salud identificada como Ramona Estela Alvarenga, de 37 años, quien fue hallada sin vida en su vivienda del barrio 17 de Octubre del citado municipio.
Horas antes la mujer había radicado una denuncia en la comisaría local, dando cuenta de que había sido brutalmente agredida por su pareja y una joven de 25 años, tras sorprenderlos manteniendo relaciones sexuales.
Al parecer Alvarenga tenía sospechas de que su concubino, de 37 años, le era infiel, por lo que decidió dirigirse al lugar donde el hombre se desempeñaba como enfermero, un hogar de ancianos situado sobre la avenida San Martín de Santo Pipó.
La mujer ingresó por la parte trasera del edificio y fue hasta una de las habitaciones, donde sorprendió a su pareja en pleno acto sexual con una joven que era empleada en el mismo asilo, según la denuncia de la víctima.
Ante semejante circunstancia, comenzó una discusión entre la engañada, su concubino y la amante de éste. De las agresiones verbales pasaron a los ataques físicos y fue así que entre los infieles se habrían puesto de acuerdo en golpear a la víctima, quien recibió golpes de puño, patadas y hasta impactos en su cabeza con objetos contundentes.
Pese al desigual ataque Alvarenga logró escapar y, malherida, se dirigió hacia la comisaría local, donde
puso en conocimiento a las autoridades de lo sucedido.
En forma inmediata la mujer fue trasladada al hospital de Gobernador Roca, donde un médico de turno la examinó y determinó que presentaba “excoriaciones múltiples en varias partes del cuerpo, edemas en ambos pómulos, excoriaciones en el rostro, lesión en mucosa de la boca y excoriaciones en la rodilla derecha”, tras lo cual dispuso que la paciente regrese a su domicilio.
Fue trasladada por una patrulla policial hasta su casa, donde quedó en compañía de sus hijos, de 18 y 6 años.
Lamentablemente la mujer se acostaría a descansar, pero jamás se despertaría.
Antecedentes de violencia
La infortunada víctima había denunciado una semana antes de su muerte que había sido agredida físicamente por su pareja.