El juicio a Ramón Da Silva, acusado de asesinar a golpes a Evelyn Rojas (26) en octubre de 2016, se reinició ayer con la expectativa centrada en la declaración de una vecina y amiga de la joven travesti hallada sin vida en una vieja estación de servicio de la avenida Uruguay de esta capital.
Frente a los jueces Viviana Cukla (presidenta), Marcela Leiva y Ángel Dejesús Cardozo, declararon ayer siete testigos del expediente que llegó a debate como “homicidio agravado por el vínculo por la relación de pareja preexistente” y que tiene como encartado a Da Silva.
El primero en dar testimonio fue el subcomisario Aníbal Darío Ledesma, perito de la Policía de Misiones y encargado de confeccionar el informe papiloscópico en la escena del hecho. Luego fue el turno de una amiga de la víctima, María Ignacia Galeano (57), quien detalló su relación con Evelyn a quien conocía hace unos años antes que fuera asesinada. “Ella estaba sola siempre o casi siempre. No se llevaba mucho con las otras chicas, pero nos hicimos amigas”.
Manifestó que “desde que conoció a su última pareja, Ramoncito, Evelyn cambió mucho. Ya no se arreglaba tanto y solía verlos discutir en la zona de Uruguay y calle Alemania donde ella paraba. Pero el último tiempo (antes de su muerte) prácticamente ya no trabajaba, estaba desmejorada”, remarcó.
En cuanto a los días previos a que la joven travesti fuera encontrada sin vida en la vieja estación de servicio “El Refugio”, indicó: “La noche antes de que la encuentren sin vida, la vi en el mismo lugar, donde siempre. Vino su pareja y discutieron, luego él se fue a comprar bebidas y se fueron juntos en dirección a la YPF abandonada (estación de servicio ‘El Refugio’)”.
“Yo me quedé preocupada porque la vi mal, al otro día la busqué ahí porque sabía que solían estar en ese lugar. Quería llevarle comida y con mi pareja encontramos su cuerpo”. Respecto a si conocía o había sido testigo de algún hecho de violencia física o verbal por parte del imputado para con Evelyn, detalló que “siempre discutían, forcejeaban y yo le aconsejaba que deje la relación si la trataba mal, pero ella seguía”.
Sobre cuándo fue la última vez que la vio con vida, dijo “esa noche (madrugada del jueves 27 de octubre 2016), ella estaba mal. Muy tomada y él se la llevó. Nunca hablé con él, siempre le llamaba de lejos y se iban. Yo vi cuando se fueron en dirección a la estación abandonada, los seguí con la mirada desde unos metros, pero no vi exactamente si ingresaron o no a ese lugar”.
Galeano también confirmó que cuando observaba a Evelyn con rastros o huellas de golpes, “algo que solía ser frecuente”, ella le decía que era “él, Ramoncito”.
“Me decía que sí cuando yo opinaba para que deje la relación, pero siempre lo buscaba luego de las peleas. Sabía que ellos no tenían dónde vivir porque la familia de Evelyn no lo aceptaba justamente por ese tema y sé que paraban en ese lugar, donde apareció muerta”.
Sostuvo también que cuando iba a buscarla a “El Refugio” para llevarle alimentos “siempre le gritaba su nombre afuera y ella salía, pero ese día no había nadie. Mi pareja entró a pasarle la comida y encontró el cadáver. Me avisó de algo malo, yo me puse mal y le pedimos a un muchacho en el gimnasio de enfrente que llamara a la policía”.
Otro testimonio en la jornada de ayer, fue el del doctor del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial, Darío Milton Acosta (53) quien detalló la causa de muerte y los golpes que presentaba el occiso al momento de realizar la autopsia. “La conclusión que sacamos es que fue una muerte violenta como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico, con fractura de base craneal. Pero tenía golpes en todo el rostro y cabeza, también en el tórax, marcas como de arrastre”.
El entonces jefe de la Dirección Homicidios de la Policía, Gustavo René González, también declaró ayer y explicó cómo llegaron a la detención del sospechoso. “Cuando ocurrió esto, nos avisan y nos ponemos a disposición del juez (de Instrucción 3, Fernando Luis) Verón. No tuvimos casi contacto con el personal policial que estaba adentro del lugar, pero comenzamos a buscar testimonios una vez que fue identificada como Evelyn Rojas la persona hallada muerta. Incluso fuimos los encargados de ir a avisarle a su madre en el barrio Fátima”.
“De los tantos testimonios, un joven que vive en situación de calle cerca de la terminal, dijo que un hombre al que conocía como ‘Junior o Ramoncito’ frecuentaba esa zona (avenida Uruguay) o en el arroyo El Zaimán y que supuestamente le dijo lo que había hecho. Después por otras averiguaciones y procedimiento de la policía de San Vicente, vieron al sospechoso en la terminal de colectivos y lo detuvieron. Nosotros hicimos su traslado hasta Posadas, cuatro o cinco días después del hecho, él (por Da Silva) no dijo nada y no se resistió, en ningún momento”.
Durante la jornada también prestó declaración una oficial de Policía, Licenciada en Criminalística. Cecilia Isabel González (40), quien detalló la labor de fotografiar la escena del crimen.
“Hicimos fotos del cuerpo, la víctima estaba en una fosa semidesnuda. Había manchas de sangre en un baño y en paredes cercanas al punto donde estaba el cadáver”.
También confirmó que hallaron prendas de vestir y mucho cabello tirado en el piso. “Había mechones como arrancados directamente. Un short de jean y manchas impregnadas de sangre por la pared. Como si alguien hubiese estado en contacto con mucha sangre y luego fue dejando todas las marcas”.
“La vulnerabilidad trans es alarmante”
Florencia González, abogada querellante en el juicio a Ramón Da Silva por el asesinato de la joven travesti Evelyn Rojas (26), remarcó ayer-antes del inicio de la segunda jornada de debate ante el Tribunal Penal 1 de Posadas- su impresión sobre la primera audiencia (martes) y sobre los próximos pasos. En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, resumió los testimonios de los familiares directos de la víctima fatal: “La madre y hermana de Evelyn no sólo dieron evidencia de la violencia de este hombre, pero no sólo la física sino la estructural que además sufre toda la comunidad trans por el solo hecho de percibirse como tal”.
“Fue desgarradora la primera jornada pero nos dio pruebas suficiente para acreditar la existencia de odio en este crimen”. González opinó también sobre el contexto del debate en curso: “Es el primer crimen de este tipo que logra poner sobre la mesa la problemática que generalmente sufren estas personas, mucho más cuando están expuestas al trabajo sexual como una herramienta de supervivencia ya que están excluidas del mercado laboral”. Sobre la acusación a Da Silva, la querellante resumió: “Buscamos un doble agravante en la calificación, no sólo el vínculo preexistente (entre Evelyn y Ramón Da Silva) sino también por crimen de odio a la identidad de género (inciso 4 del artículo 80 del Código Penal Argentino). El vínculo no excluye al odio en este caso”.
Florencia González sumó a su descripción: “Las mujeres trans sufren a lo largo de su vida distintas y constantes manifestaciones de violencia estructural. El de Evelyn, no es un caso aislado, es el eslabón final de esta cadena de violencia sociocultural, fue excluida del sistema de salud, educativo, del mercado laboral, la empujaron al trabajo sexual para sobrevivir, como único método que, lo único que logró, fue exponerla más a la violencia”. Y enfatizó: “La vulnerabilidad de esta comunidad es extrema, alarmante”.