Denuncias, reuniones e ideas aportadas por un lado, el de las víctimas y los que temen por la seguridad de sus bienes en el complejo habitacional Itaembé Guazú de esta capital. Enfrente, el de las autoridades policiales y ejecutivas, del que surgieron promesas de análisis y rápidas respuestas al problema. Sin embargo el resultado fue contundente y desalentador: los ilícitos aumentaron y lo único que cambió en dos meses, ante la ola de inseguridad, fue el automóvil en el que los “robacasas” se movilizaban, ya que abandonaron un Toyota Corolla blanco y se subieron a otro auto robado, un Volkswagen Gol rojo.
Durante los últimos siete días en la comisaría Decimonovena de la Unidad Regional I se recibieron once denuncias de hurtos en hogares. Literales actos de “desvalijamiento”, con sugestiva facilidad para concretarlos pero que además confirmaron lo que desde octubre se repetía en el mismo sector posadeño: “Itaembé Guazú es zona liberada”.
Videos de cámaras de seguridad de las viviendas robadas y de las vecinas y datos de testigos circunstanciales fueron coincidentes tanto en octubre cuando asolaron los delincuentes en el Corolla blanco como pocos días después de abandonarlo en el sur de Posadas.
Los ladrones se movilizan de a tres, con los datos en mano de horarios y actividades de los habitantes de sus objetivos a “escruchar”. “Uno de ellos salta un muro o reja, abre el portón, ingresa el vehículo y a plena luz de la mañana o tarde, ingresas a las casas y las revuelven hasta lograr el botín en dinero, joyas y electrodomésticos. Lo cargan en el automóvil el portón vuelve a abrirse y se retiran a tranco lento y hasta saludando al vecindario para no levantar sospechas”, remarcaron las fuentes policiales consultadas por PRIMERA EDICIÓN. Las que confiaron a su vez que los mismos sospechosos de las últimas horas actuaron una decena de veces en diferentes sectores de Itaembé Guazú pero también en otros barrios como Jardín y 25 de Mayo.
“Todos idénticos fueron, el mismo automóvil y cantidad de personas que no lo hacen al voleo, saben o cuentan con la información precisa para ingresar a robar”.
Durante la última semana de octubre la orden de la Policía fue realizar operativos y profundizar la pesquisa para atrapar al “Corolla blanco” y a sus ocupantes.
Pero sólo apareció el automóvil (robado el 13 de octubre) estacionado al aire libre durante la madrugada del jueves 28 al lado de una ferretería en el barrio San Lorenzo.
“El Gol rojo”
Desde ese día hasta el jueves pasado los robos continuaron y el móvil para los ladrones se convirtió en un Volkswagen Gol rojo. “Aparentemente la labor de inteligencia o la agenda que obtuvieron con los objetivos para atacar era más larga” y en menos de una semana cometieron once robos en Itaembé Guazú, seis de ellos en propiedades del plan PROCREAR, reconocieron las mismas fuentes.
El último jueves por la tarde, más de 200 vecinos se pararon frente a la comisaría Decimonovena a solicitar explicaciones por la nula reacción para frenar a la gavilla.
Volvieron a recibir promesas de las autoridades de la Unidad Regional I y de la seccional respectiva. Más patrullajes preventivos, esta vez con operativos en motocicletas y que se buscaría ahora el nuevo vehículo registrado por las cámaras de vigilancia, el “Gol rojo”.
Trabajan investigadores de la UR-I, una minibrigada de la Decimonovena y efectivos de “Robos y Hurtos” de la Dirección Investigaciones Complejas de la Policía.
En tanto las víctimas mascullan bronca y se preguntan por qué, si llevan más de dos meses de reclamo por seguridad, nada cambió. Y para qué sirven las herramientas tecnológicas de la fuerza de seguridad, si para controlar el tránsito vehicular y multar infracciones o también deben servir para atrapar a los ladrones de sus casas.