La tercera audiencia del juicio por la muerte de Hugo Wasyluk (38) en una celda, culminó ayer con la declaración de los primeros 6 testigos y la lectura de la declaración de un remisero que no pudo ser hallado para que se presente. Los relatos giraron entre los momentos previos de la detención y el tiempo que estuvo detenido en la comisaría Primera de Oberá. De un hombre exaltado por una discusión con su hermana, el pedido de agua, una frazada y ninguna queja del detenido, a un ex-preso con problemas de memoria.
Con el salón del Oberá Tenis Club completo con los 13 imputados, defensores, querellantes, fiscales, entre otros, minutos antes de las 9, los magistrados Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Jorge Erasmo Villalba, iniciaron la jornada.
Por orden de aparición, los primeros en prestar testimonio fueron dos vecinos de la casa de los Wasyluk en Villa Bonita. A Carlos Mojsiuk, le fue leída parte de su declaración en la cual había indicado que esa noche del 25 de abril de 2011 escuchó gritos y salió a ver porque pensó que era su sobrino. Vio un móvil policial, pero aclaró que no pudo ver nada más porque era de noche. Observó a los policías en la patrulla, solamente. Se bajaron Pedro de Mattos y Wilson Ricardo González para saludarlo. Recordaba que De Mattos conducía el móvil y que iban tres efectivos atrás, en la cajuela.
En segundo término Marcelo Cristian Mojsiuk, declaró ante los jueces que esa noche observó a una persona caminando por la ruta. Cuando pasó con su moto al lado lo reconoció como Hugo Wasyluk. Caminaba normalmente. No llegó a observar cuando lo detenían. Cuando prendieron las balizas supo que era una patrulla. Indicó que el policía De Mattos se acercó a mostrarle un cuchillo, que presuntamente tenía Wasyluk antes de su detención. Observó al detenido en la camioneta. No escuchó gritos.
“No escuchaba nada”
Rubén Werbez, uno de los detenidos en la celda 1 de la seccional Primera dijo que dormía cuando trajeron al preso. “Al otro día escuché que Wasyluk era el que estaba en la celda”. Lo supo por la charla entre los otros detenidos. No escuchaba lo que pasaba en la celda 2. “Hay una pared de 30 o 40 cm que divide”. Durante la requisa del 26 de abril, no recordaba haber visto salir a nadie de ese calabozo ni tampoco durante la hora del almuerzo.
Desmemoriado
Ricardo Espinoza, otro exdetenido, recordó ayer que había escuchado gritos, “pero no sé si eran de la celda o de la gente que pasaba”. A diferencia de lo que expresó en la etapa de instrucción, no recordaba que alguien llamara a la madre y pidiera agua. Tampoco recordaba haber visto cuando ingresaban al detenido. Como no recordaba nada, le leyeron lo que él dijo en sede judicial, lo contrario a todo lo que olvidaba.
El remisero
Orbalino Lemes, quien trabajaba de remisero, no pudo ser encontrado, por lo cual las partes aceptaron que se incorporara por lectura lo que dijo en la etapa de instrucción.
En su oportunidad, señaló que Ana Wasyluk le pidió un viaje. Fue a la vivienda y notó que Hugo y su hermana discutían. La hermana le pidió que la llevara a la farmacia de Villa Bonita. Después Hugo le mostró que tenía un corte en el brazo izquierdo. “Tenía un cuchillo en la mano, golpes en la cara y en la frente. Me dijo que se iba a cortar todo y que la quería matar a su hermana”.
Cuando la llevó a la farmacia, el policía De Mattos se acercó a hablar con él y entonces le contó el motivo del viaje y que había problemas con Hugo. En su relato dijo que el sargento se fue de nuevo a la comisaría y empezó a juntar efectivos para subirlos al móvil. “Unos 20 minutos después, volvió la patrulla. Yo estaba en un oscuro. No me vieron. Dejaron el móvil en marcha pero no vi que lo trajeran a Hugo. De Mattos se sacó la camisa, entró a la comisaría y al rato salió con una carpeta, subieron todos y salieron para el lado de Oberá. No escuché que le hayan pegado a alguien”.
En el camino de vuelta, la hermana le dijo que lo había denunciado a Hugo y que la policía ya había ido a buscarlo. Indicó además que cuando regresaron, la mujer le mostró el desorden que había en la casa. Había cosas tiradas en el piso y mucha harina de maíz desparramada. Ella le dijo que Hugo quiso comer eso hasta atragantarse. La mujer le dijo además que por una reja había una remera atada en forma de soga, parecía que se quiso ahorcar. El remisero relató que no fue a ver esa escena.
Recordó que Hugo tenía marcas en el pecho de las cuales les salía un poco de sangre.
Después del fallecimiento del hombre, dijo que recibió un mensaje de Ana Wasyluk, quien le decía “vos viste todo, ayudame por favor, los policías mataron a Hugo. Mejor que digas la verdad, que viste que tiraron a Hugo arriba de las piedras”. “No respondí ninguno de los dos mensajes”. Consideró que no eran ciertas esas afirmaciones, “porque si yo no vi nada, que estaba afuera a 30 metros, menos lo que pasaba dentro de la comisaría. Afirmó que ella “lo presionó para que mienta”. “No vi ni puedo afirmar nada”.
“Anoté lo que vi en los brazos”
Por último declararon Ariel Lentini y Gustavo Fontana, los policías acusados de “incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Fontana dijo que aproximadamente a las 21.25, llegó el móvil policial con los efectivos Heijo, De Mattos, Gómez y Rodríguez, con el detenido Wasyluk. Él se sentó a la izquierda de la mesa de la guardia. esposado con las manos atrás. Le arremangaron la campera. Observó lesiones en los brazos. “Mirándole la cara vi que tenía excoriaciones y una marca que tenía en el cuello. Anoté lo que vi en los brazos”.
“Como en la celda 1 superaba las cuatro personas, lo pusieron en la 2 que estaba vacía. Lo primero que dijo el detenido allí fue ‘mamá, dame comida y quiero agua’. Escuché golpes en la celda de Wasyluk. Fui a ver y me pidió cigarrillos y tranquilizantes, un colchón y una frazada”.
“Al otro día se hizo la requisa. No abrieron la celda de Wasyluk porque estaba solo y no podía tener ningún elemento de peligro”. Dijo que el detenido se paró, le preguntó cómo estaba y le dijo que bien. “Le daba lo que me pedía, nunca se quejó de nada”.
Hoy prosigue el debate con más testimoniales.