La segunda jornada del juicio por la muerte de Hugo Wasyluk se cerró ayer con la declaración de dos de los imputados y el rechazo del Tribunal a la mayoría de los planteos preliminares que se hicieron el día anterior.
El tribunal, conformado por el presidente Francisco Aguirre y los vocales José Pablo Rivero y Jorge Erasmo Villalba, convocó a los 13 imputados a que se sentaran frente al estrado. Desde las sillas puestas en semicírculo, a cada uno se le leyó la imputación por la cual estaban en juicio. De todos ellos, sólo dos aceptaron la posibilidad de hablar ante los jueces y dar su versión de los hechos.
El primero fue Miguel Ángel Espíndola (51), quien fue el jefe de turno de la Unidad Regional II de Oberá, donde el 27 de abril de 2011 fue hallado muerto Hugo Wasyluk (38) en la seccional Primera. En un pormenorizado relato de lo sucedido desde la detención del sospechoso hasta su deceso, resaltó: “Nunca supe que Wasyluk estaba herido de gravedad y con peligro de muerte. Vuelvo a insistir. Me confié en el certificado médico de José Morales. Para mí eran lesiones leves”.
Recordó que aquella noche la patrulla con cinco integrantes fue a detener a Wasyluk por una denuncia de “amenazas” que había radicado la hermana.
“Es una pena, no sé lo que pasó en Villa Bonita pero fue una golpiza, eso no lo voy a negar”. Mirando a sus excamaradas les dijo “ojalá alguno me hubiera dicho, ‘se nos fue la mano’”.
Recordó que el entonces jefe de la Unidad Regional II dijo “que la comisaría de Villa Bonita se hiciera cargo del detenido. Pero el segundo jefe, con desconocimiento de la orden dijo que lo llevaran a la Primera de Oberá”.
Indicó que Hugo Wasyluk era conocido por la policía. “Era difícil de tratar”. Cuando ya estaba en la seccional donde perdió la vida, Espíndola dijo que intercambió palabras con él. “Nunca se quejó. Me pidió pastillas y cigarrillos. En la seccional Primera nadie se dio cuenta (de lo mal que estaba). Lo desconocíamos todos”, subrayó.
Luego fue el turno de Andrea Harasimezuk, imputada por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”, igual que Espíndola.
Rememoró que se dirigieron a la casa del jefe de la comisaria Primera en aquel entonces a informarle de algunas novedades y le comentó que analizaban dónde alojar a Wasyluk, puesto que la comisaría Segunda estaba llena. Ya de camino a la seccional se contactó para avisar al jefe de la guardia y ahí le confirmó que ya estaba alojado en la Primera.
“Fui a controlar, lo pusieron en la celda número 2, donde quedó solo porque en las otras todos los detenidos dormían. Ingresé a la celda y alumbré a un costado para no hacerlo directamente. Estaba sentado, vestido con una campera y un jean. Le pregunté ¿otra vez por acá, como andás?”. Wasyluk la confundió con alguien. Ella le respondió que no, que estaba en la comisaría Primera.
“Entonces salí de acá”, le dijo insultándola, por lo cual ella decidió salir “para evitar que me haga algo. En ese momento el sargento Gustavo Fontana le pasó una botella con agua al detenido porque se lo había pedido. Después pedí el informe médico del doctor Morales. Me comuniqué con Espíndola y le informé que por disposición del segundo jefe de la Unidad, Wasyluk ya estaba alojado en Oberá en esa dependencia”.
Rechazo a algunos planteos
La audiencia comenzó pasada las 9 y en primer lugar se oyeron las exposiciones del querellante particular en la parte penal, el abogado Rafael Pereyra Pigerl. Defendió su posición de ser representante de parte de la esposa y el hijo de Hugo Wasyluk, contra el pedido de su apartamiento porque al ser además diputado provincial, supuestamente no podía accionar contra el Estado.
Luego, Myriam Silke, la representante del ministerio público fiscal en este juicio, sostuvo estar de acuerdo con la solicitud de parte de la querella para que se exhibieran las imágenes de las laceraciones que recibió la víctima, como así también las fotografías de la autopsia. A pesar del dolor que esto podría provocar a su familia, al estar ellos de acuerdo no se opuso a que eventualmente los magistrados así lo permitieran. Respecto al pedido de inclusión de los “amicus curiae”, al Comité Nacional para la Prevención de la Tortura y la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura, consideró que como fue pedido por la querella, objetó esa petición.
Luego de un cuarto intermedio, el Tribunal rechazó la incorporación de los “amicus curiae” solicitado por la parte querellante penal, pero a su vez aceptaron que se utilicen imágenes de la víctima en el debate pero “por única vez”, en un momento a definir.
Respecto al pedido de nulidad solicitado por el defensor Millán Barredo, confirmaron que esos planteos ya fueron resueltos anteriormente. El debate continúa el próximo martes. Inicia la ronda de testigos.