La inflación de noviembre volvería a ubicarse en torno al 3%, pese al congelamiento de precios, y se espera que en los próximos meses no baje de ese nivel, según un relevamiento de consultoras privadas.
Pese al congelamiento del precio de los alimentos, se espera que en noviembre aumenten también en torno al 3%, mientras que impactará también el sector de precios regulados por subas en colegios privados, GNC, paritarias del servicio doméstico, que suman para el alza de la denominada “inflación núcleo”.
Según relevamientos de varias consultoras, en lo que va de noviembre se registraron subas cercanas al 1% semanal, mientras que para la consultora EcoGo, en la segunda semana de noviembre se registró una variación de 1,5% en los precios de los alimentos con respecto a la semana anterior.
En noviembre, las principales subas en alimentos se dieron en carnes y lácteos, y con un aumento semanal de 6,5%, la carne aviar presentó el mayor incremento semanal de precios dentro del rubro. En lácteos, el aumento de 13,7% en quesos llevó a que los productos tuvieran un avance semanal de 1,9%.
Los de mayor consumo son los que más subieron
Para la consultora EcoGo, considerando una proyección de variación semanal del 0,8% para las dos semanas restantes del mes, la inflación de alimentos consumidos en el hogar en noviembre alcanzaría 3,8%.
La consultora estimó probable que el ritmo inflacionario se mantenga en noviembre en torno al 3%, a pesar de las medidas de congelamiento de precios.
La medición semanal que realiza Consumidores Libres en supermercados y negocios barriales en la ciudad de Buenos Aires mostró que los 21 productos de la canasta básica de alimentos tuvieron un aumento del 1,29% durante la primera quincena de noviembre.
Para la consultora LCG, en la segunda semana de noviembre la suba de precios de alimentos promedió 0,81%, lo que significa una aceleración de 0,6 puntos porcentuales respecto de la semana anterior.
Según LCG, lácteos y carnes encabezaron la suba semanal de precios, con incrementos de 2,3% y 2,2% respectivamente, mientras que las categorías de verduras, panificados y bebidas registraron caídas.
Enero recargado
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), el informe elaborado por consultoras privadas que difunde el Banco Central (BCRA), señaló que “el promedio mensual de variaciones esperadas en los próximos seis meses (entre noviembre de 2021 y abril de 2022) es del 3,5%”.
El REM espera que la inflación tenga un leve descenso y se sitúe en 3% en noviembre, y proyectó que el año cerraría con 3,3% en diciembre y se comenzaría el 2022 con 3,6% en enero.
En los siguientes, la cifra se mantendría alta, con 3,5% para febrero y un pico de 4% que se daría en marzo, un mes que por el cambio de estación y el comienzo de las clases suele tener registros altos.
El informe indica que el año cerraría con una inflación interanual proyectada del 50,4% y sería la segunda más alta desde el 1991, tras el 53,8% de 2019.
El REM proyectó para el 2022 una inflación de 48,9% y estimó que recién para 2023 se lograría una baja hasta 38,8%, cifra que se alinea más con el resultado del 2020, del 36,1%.
La increíble montaña rusa de la historia de la inflación
Que la inflación está arraigada en la economía argentina no sorprende a nadie. Pero lo que sí impacta es ver el gráfico de la evolución de ese indicador económico, con un parecido terrorífico a una montaña rusa en la que abundan las subidas estrepitosas, pero no así las bajadas.
El aumento generalizado de los precios tuvo sus récords (para arriba y para abajo) hace relativamente poco: el pico de la hiperinflación 1989/1990 y la posterior vega del menemismo, convertibilidad mediante.
Una publicación del Observatorio Económico para el Desarrollo puso en forma de gráfico ese subibaja tenebroso al que los argentinos están acostumbrados y al que ningún Gobierno logra estabilizar en la baja.
El centro de estudios señaló que “se podría considerar que el nacimiento del proceso inflacionario significativo en la Argentina inicia en 1945” y remarcó que desde ese momento hasta la actualidad el país “ha pasado por ciclos inflacionarios constantes -excluyendo el período de Convertibilidad-“.
“Previo a 1945, podríamos dividir en dos períodos: el primero desde inicios del siglo XX hasta 1934, en que la inflación anual promedio arriba a apenas un 1,31%; y el segundo desde 1935 (creación BCRA) hasta 1944, con una inflación anual promedio de 3,48%”, explicó la entidad.
Y agregó: “Desde 1945 a la fecha, solamente durante la convertibilidad un período pudo arrojar un valor inferior a ese. Es necesario mencionar además, que muy pocos años registraron inflación anual menor a dos dígitos”.
Tras la asunción de Juan Domingo Perón, se llegó a un nivel máximo de 34% anual en 1949: una década después, con Arturo Frondizi al frente de la Casa Rosada, la inflación llegó al 102%, primera vez que este indicador económico llegó a los tres dígitos, reseñó la publicación.
De acuerdo al informe, a partir de 1975 el índice inflacionario superó nuevamente las tres cifras, luego de haber tenido períodos de alta inflación, pero con un promedio entre el 28% y 48% anual. En ese año, cuando gobernaba María Estela Martínez de Perón, el indicador tocó el 335% anual, mientras que al año siguiente fue de 348%.
“Desde ese momento hay un leve descenso inflacionario para intensificarse nuevamente desde 1982 (+210%) y llegar al pico más alto de nuestra historia en 1989, con +4924% anual”, remarcó el Observatorio Económico para el Desarrollo.
En 1990 hubo una sustancial caída a 1344%, pero la significativa reducción inflacionaria se dio desde 1991, volviendo al doble dígito (84%): con la paridad del peso y el dólar, entre otras medidas del menemismo, se puso mantener por una década a la inflación en un promedio de 2,73% anual -incluso mostrando tres años con deflación entre -1% y -2%-, añadió la publicación.
“Sacando la inflación del 41% del 2002, hasta el 2004 mantuvimos un dígito de inflación. Desde ese momento hasta la actualidad hemos tenido una tendencia inflacionaria alcista constante. Es preocupante observar la tendencia inflacionaria de los últimos 20 años que nos podría ubicar en la antesala de una grave situación para los próximos meses. Es crucial tomar conciencia de la necesidad de corregir el rumbo de manera urgente”, concluyó el centro de estudios.