Comenzado este segundo mes de la estación del amor, ¿cómo te estás sintiendo?
Estación llena de colores, donde parece que los pajaritos cantan más fuerte, las flores muestran sus colores y los días son más cálidos. Cada atardecer parece un poema de colores con tonalidades brillantes, mezclas de rosas, naranjas y violetas.
Estos colores definen a esta estación y desde su energía nos hablan de amor, de la suavidad y la contención; nos hablan de alegría, movimiento, de elegir ser felices, de trasmutación y agradecimiento por cada cosa, persona o situación en nuestras vidas, siempre desde la humildad, desde el saber que estamos conectados mucho más de lo que creemos. Hay que recordar que tomamos decisiones todos los días y que cada cosa que hacemos o decimos nos lleva a vivir diferentes situaciones.
Si tienen la oportunidad o las ganas de presenciar un amanecer o un atardecer, observen sus colores, siéntanlos, vean cómo van cambiando y tengan en sus pensamientos que cada amanecer trae nuevas oportunidades. Tomen ese naranja para empezar el día, llénense de energía junto con cada rayo de sol que comienza a asomar, el amarillo nos pone en sintonía con nuestro ser para que podamos tener una visión más amplia de a dónde queremos ir y vean como el celeste comienza a ser cada vez más intenso recuerden con este color que nada es imposible, el celeste es el infinito y nos muestra un sinfín de pasividades, donde lo único que hay que hacer es creer y confiar en nosotros mismos.
La luz con la que comienza cada amanecer nos dice que el día será de la manera que nosotros estamos siendo.
En cuanto al atardecer, los colores son otros, el protagonista es el naranja que a medida que el sol va desapareciendo se torna fuerte, intenso y nos deja esa sensación de paz, de agradecimiento por ese día que se fue, y que si sabemos ver estuvo lleno de aprendizaje. Cada atardecer nos muestra como un cierre de lo que vivimos durante el día y si estamos en sintonía nos llena de magia, el color índigo (azul oscuro) aparece y termina de aparecer cuando el naranja ya no está, este color nos predispone a conectarnos con nosotros y con nuestra voz interior.
La luz que se va cuando concluye el día solo nos lleva a decir gracias por este día, gracias por la oportunidad de las experiencias vividas.