La dolarización de los ahorros y el “desprecio” de la población a estar invertido en pesos argentinos tiene sus consecuencias sobre la economía. Más aún, cuando lo que paga estar posicionado en moneda local pierde olímpicamente contra la inflación. De ahí que en el mundo el caso argentino, otra vez, suele ser ejemplo de lo que no hay que hacer. ¿Por qué con una inflación que vuela en torno al 50% anual las tasas de interés son tan bajas? ¿Por qué el Banco Central, a contramano de lo que hace cualquier otro banco central del planeta, no sube el costo del dinero si tiene un desborde inflacionario como el de Argentina?
El país lidera el ránking mundial de las naciones que ostentan tasas reales híper negativas. ¿Qué quiere decir eso? Que virtualmente no paga ningún premio por estar posicionado en pesos, fomentando claramente una mayor inflación o el resguardo en activos que sí protejan contra el aumento de precios (como suele ser el dólar). Según la estadística de Charlie Bilello, CEO de Compound Capital Advisors, tomando la tasa que convalida cada banco central versus la inflación, la Argentina es la que muestra la tasa más negativa del mundo.
¿Qué pasa en el mundo?
La tasa testigo para el caso local es la de las Leliq, que el Banco Central de Miguel Pesce tiene clavados en 38% anual desde noviembre del 2020 (la última vez que la movió fueron escuálidos 2 puntos). Así, con una inflación anualizada de 51,4%, la Argentina lidera con tasas reales negativas del 13,5%.
En la región, es cierto, hay todavía cierta tendencia a que los bancos centrales tengan tasas “algo” por debajo de la inflación. Brasil, por caso, tiene la Selic en 6,25% contra una inflación que corre al 9,7% (tasa pierde contra precios un 3,4%). La suba reciente de las tasas en el país carioca (de 100 puntos hace escasos días) fue la quinta alza consecutiva que realiza desde el mínimo histórico de 2%.
Hay otros países que vienen subiendo las tasas recientemente por el rebrote inflacionario: México las subió en agosto, Rusia hizo lo mismo en septiembre, Chile también en agosto y Perú este mismo mes. Claro que los países de la región no tienen una inflación desbordada ni tasas ultra negativas como la Argentina. Colombia paga una tasa real negativa de casi 3%, Perú también negativa en torno al 4% y Chile 3,3% menos que el aumento de precios. Los movimientos son “marginales”, como se ve, y nunca exceden esos guarismos.
En el “mundo desarrollado” tampoco hay tasas negativas como la Argentina, si bien la mayoría de los bancos centrales han bajado el costo del dinero para que la economía recupere más rápido por la pandemia, empiezan a estabilizarla. En el Reino Unido hay una tasa del 0,10% contra una inflación del 3,2% anual; Estados Unidos tiene una tasa negativa contra la inflación de 5,2% (los fed funds están en 0,13% versus un IPC que corre al 5,3%).
Argumento oficial
La política del BCRA es insólita porque no produce ningún movimiento alcista a pesar de tener una inflación del 50% anual. Los argumentos oficiales hablan de que subir el costo del dinero impactaría en los préstamos y que poco y nada haría para mantener los pesos en el sistema (los que están se quedan porque hay cepo cambiario e imposibilidad para dolarizarse, particularmente las empresas e institucionales). Así, con tasas bajísimas que pierden contra la inflación, el sistema financiero argentino es cada vez más chico.
Los depósitos tienen un bajo dinamismo y se observa crecimientos en las colocaciones que ajustan por inflación (UVA). Pero eso sucede porque el ahorrista atrapado en la era del cepo necesita cubrirse de alguna manera si va a mantenerse en pesos. Pero la inestabilidad en el mercado de cambios le pone límites ya que movimientos bruscos de los tipos de cambio fogonean una salida de esas colocaciones a mercados alternativos.
Y por el lado de los préstamos, el argumento oficial para no subir las tasas, tampoco crecen. Con datos a agosto, acumulan 9 meses consecutivos de caídas. Los que están ligados a la economía real tampoco repuntan si bien hay algún movimientos en los créditos de empresas (adelantos y documentos).
Algunos creen que de cualquier manera, subir las tasas no haría que el mercado se convenciera de que a lucha contra la inflación va en serio. ¿Por qué? Mientras que en Chile el crédito bancario equivale al 90% del PBI y en Brasil llega al 70%, en la Argentina solamente el 12,5%. Ergo, encarecer el costo del dinero tendría un impacto acotado y no tendría el efecto deseado.
¿Por qué?
Mientras que en Chile el crédito bancario equivale al 90% del PBI y en Brasil llega al 70%, en la Argentina solamente el 12,5%. Ergo, encarecer el costo del dinero tendría un impacto acotado y no tendría el efecto deseado. Pero otros creen que sí podría ser una señal. Por lo pronto, el BCRA que maneja Miguel Pesce no habla de la inflación. Ni en público ni en privado. Eso es tarea de Economía, o en todo caso, de la secretaría de Comercio con su control de precios. Otra anomalía para el BCRA.