A Norberto lo aqueja un dolor de cabeza de años que no lo calma ni con medicación fuerte. Fue evaluado por neurología, punto primordial para descartar cualquier situación mayor.
El tipo de dolor no lo relaciona con momentos del día, ni con situaciones determinadas. Le aparece y en forma rápida y gradual aumenta. Lo obliga muchas veces a retraese en su habitación sin ningún tipo de ruidos o luces, ya que todo molesta. Trabaja en el comercio y no lo atribuye al estrés laboral.
En sus análisis, lo único positivo eran las inmunoglobulinas, denotaba un cierto nivel de alergia que cree es por cambios de temperatura y polvo. Tomaba antialérgico de venta libre y nada más.
El cuerpo no estaba siendo correctamente escuchado. Empezamos a ver detalles de su día.
Le sugerí además de tratamientos convencionales hacer un detallado listado de alimentos y situaciones para evaluar posibles alergias alimentarias. En la familia se alimentan sano, hacen actividad física, llevan una vida espiritual intensa, pero el comercio los mantiene en alerta constante y los vaivenes de la economía a veces superan sus fortalezas.
La histamina, la alergia a los cítricos y otros tantos tipos de factores que no pensamos que nos pueden hacer mal. La alimentación, genera signos y síntomas como intolerancias y alergias.
De su lista me cuenta sobre las molestias que le causa el tomate. El proceso inflamatorio crónico, a veces con alguna mezcla alimentaria suma esta toxicicidad y desencadena liberación de sustancias que ocasionan cefaleas. En este caso relacionamos la toxicidad que produce la familia del tomate.
El tomate pertenece a la familia de las solanáceas: papas, pimientos, berenjenas. Lo ideal es tratar el cuerpo entonces como intoxicado por un síndrome inflamatorio crónico y tomar la cefalea como consecuencia.
Las cefaleas se sumaban a diferentes procesos que él minimizó en la primera consulta, como contarme sobre la rinitis o afecciones dermatológicas más frecuentes de las que mencionó, porque lo incorporó como habitual, a veces distensión y dolores intestinales.
Muchas veces se nota esto, los pacientes lo tienen incorporado como habitual y creen es normal.
Utilizar sólo alimentos al vapor, infusiones con cúrcuma, aceite de orégano, laurel para acidificar el organismo y desparasitar. Hacer pilates, yoga, natación, algo relajante 20 a 30 minutos diarios.
El resultado fue que en tres semanas se sintió 2 días mal, con gusto amargo en la boca y sensación de embotamiento que fue pasando, para luego a la semana estar más vital, con más energía y sin dolores de cabeza en ese periodo. Es bueno conocernos para disfrutar de la vida con bienestar.