Hacer feliz a un niño, sacarle una sonrisa, es invaluable por esa razón los voluntarios de la Clínica del Juguete trabajan desde hace cuatro años arreglando los juguetes donados, poniéndolos en condiciones para que lleguen luego a los pequeños de los barrios de la capital, a los más necesitados.
“Hace cuatro años que trabajamos con las donaciones de los vecinos, el misionero, el posadeño en este caso es muy solidario y nos acercan los juguetes y nosotros los arreglamos.
Muchas veces en las casas hay juguetes que ya no se utilizan y en lugar de estar en un rincón los pueden traer acá y nosotros, los voluntarios que vienen a trabajar aquí, que son 25, se dividen en grupos y trabajan mañana y tarde, seleccionando los juguetes, recolectando piezas y volviendo a armar un juguete.
Los dejan como nuevo, una vez que está en perfecta condiciones, con las ropas, los cabellos, los brazos, se limpia, se desinfecta y se envuelve para hacer llegar a niños de los barrios más humildes, principalmente los merenderos, donde se realizan cumpleaños así los chicos, tanto los cumpleañeros como los invitados tienen un regalo.
“También para Navidad, nos encargamos que estos niños tengan su regalo de Papá Noel”, contó a PRIMERA EDICIÓN Rolando Olmedo, quien está al frente de la organización sin fines de lucro.
Con la llegada del invierno, Olmedo contó que “nos pidieron abrigos, muchos no tienen, por eso organizamos la jornada “De un Niño para otro Niño” el domingo pasado en la costanera y que tuvo muy buena respuesta”.
Y nos pidieron estar este domingo también (por hoy) porque mucha gente nos dijo que quería colaborar. Por eso, hoy por la tarde estuvieron recibiendo las donaciones en el cuarto tramo de la costanera. Esos abrigos nosotros los lavamos, arreglamos si hace falta, se pone en condiciones y después los llevamos a los barrios, colaboramos con los barrios El Porvenir 2, Estepa, Santa Clara, Bauer y Aeroclub”, explicó.