La empresa que recibe cientos de millones de pesos en subsidios y que suma cada vez más cuestionamientos por la prestación del servicio de transporte público en Posadas, Garupá y Candelaria; no coloca en todos estos años de negocio ni siquiera un baño químico al final del recorrido, para que los choferes puedan realizar sus necesidades en las muchas horas de viajes.
Los trabajadores pasan la jornada laboral entera encima de las unidades sin recibir el trato, las comodidades o el respeto que se merecen.
La falta de inversión mínima para garantizar un ambiente de trabajo más o menos digno a sus empleados refleja, una vez más, el desinterés evidente por las personas: por los pasajeros que se quejan por viajar “como ganado” en plena pandemia y por los trabajadores que son el recurso principal que le permite amasar fortunas todos los meses.
No se trata sólo de tener un baño para realizar las necesidades sino también tiene que ver con otras cuestiones como la higiene, la salud y las normas de convivencia con el resto de los ciudadanos.
Los conductores orinan en las calles y no tienen agua para lavarse las manos, mucho menos jabón, lo que representa una situación de falta de higiene que el Grupo Z debería resolver. No lo ha hecho en décadas. La cuestión, además de indecorosa, es totalmente riesgosa para la salud.
Vecinos sin respuestas
Con el temor que significa, fueron varios los vecinos que aportaron videos y fotos de distintos días, donde la historia se repite. Están hartos de pedir a la comuna, a la provincia y hasta el sindicato UTA que busquen una solución pero, las inversiones para el bienestar general, no aparecen en el manejo del transporte público de pasajeros.
Los vecinos de la zona, los que pasan por el lugar y los comerciantes tienen que ser testigos obligados del espectáculo que representa. Madres que son alertadas por sus niños sobre el obsceno panorama callejero. Por un lado los trabajadores orinando en la puerta de los colectivos o en los neumáticos. Por otro, el orín en las calles y los olores que emana, además de lo que significa tener que caminar por veredas utilizadas como baño.
Por mencionar un caso, el único baño químico que se encontraba por la Polonia en la vereda del BOP 9 fue quitado hace algunos días y nunca más fue reemplazado.
Cansados de la cantidad de veces que tienen que ser testigos desde la puerta o ventana, balcones o mientras caminan particularmente en la avenida Roque Pérez -donde se baja a la costanera- han “escrachado” por redes sociales a los choferes.
Pero la situación, además de ser una humillación para los conductores, representa una falta de total de cumplimiento a las normas laborales, los derechos y obligaciones de una empresa que presta un servicio público subsidiado por el Estado y que se jacta de ser “orgullo de ser misionero”.
Como en todo lo que rodea a los intereses “Z”, nadie ha tomado ni parece animarse a tomar cartas en el asunto. Entonces, los reclamos, quedan en la nada.
El gremio de conductores, el Ministerio de Trabajo, la coordinación del Sistema Integrado, el Concejo Deliberante, la Municipalidad de Posadas, la Defensoría del Pueblo o el Gobierno Provincial deberían estar al tanto de esta situación y tomar alguna decisión.