San Vicente se encuentra en las sierras centrales misioneras, con el aporte de montes y arroyos hermosos.
En estos últimos, por el desnivel del terreno, se producen saltos que son motivo de recreación y vida al aire libre.
Entre las distintas caídas de aguas que ostenta esta localidad, se alza con majestuosidad el Salto Golondrina.
Un espacio de relajación, distinto y alejado del ruido de la ciudad, donde se concentra toda la belleza y misticismo de la selva misionera.
Ubicado sobre el arroyo Guiray, justo en el límite de los municipios de San Vicente y Dos de Mayo, el salto está protegido dentro de una reserva natural de unas diez hectáreas.
Su nombre proviene de las aves que habitan allí, vuelan cerca de la cascada y construyen sus nidos en las rocas detrás de la caída de agua.
Lo curioso es que éstas no se tratan de golondrinas, sino de vencejos de cascada, un espécimen que se característica prescisamente por construir sus hogares detrás de los saltos y que puede adherirse a las rocas mojadas.
En cuanto al salto en sí, tiene una doble caída de agua muy bien marcada, con unos 11 metros de altura aproximadamente.
Su caída de agua es una ancha cortina blanca que va tomando la forma irregular del paredón por el cual se desliza.
La misma desemboca en una enorme pileta natural y que es utilizada como balneario, especialmente en época estival.
Dicho embalse puede llegar a tener 8 metros de hondo en su parte más profunda, o al menos eso es lo que se estima.
Además, el impacto del agua al caer produce una bruma que se disipa en el tranquilo remanso que lo recibe. Es un punto imperdible para disfrutar de la naturaleza con todos los sentidos.
En la parte superior, antes de la cascada, también hay una piscina natural muy disfrutable, ya que en esta parte el lecho del arroyo suele ser muy tranquilo.
Este es un lugar completamente alejado de la mano del hombre, en un entorno puro y natural.
Todo este entorno es ideal para relajarse y pasar una agradable tarde rodeado de la espesa selva que envuelve al salto, y que además concentra una gran variedad de aves y mariposas.
El Salto Golondrina es un paraíso natural, y como tal, no existe en su cercanía nada similar a proveedurías, cabañas, baños, parrillas, senderos, escaleras o cualquier otro tipo de instalación.
No obstante, el lugar tiene espacios muy amplios para quien quiera aventurarse a pasar la noche acampando.
Hasta hace algunos años era muy difícil llegar al salto. Sin embargo, ahora gran parte del camino se encuentra asfaltado, y sólo deben transitarse tres kilómetros de camino de tierra, el cual se encuentra en perfecto estado.
Llegar es muy sencillo. Partiendo desde San Vicente se toma la ruta 221, quince por asfalto y tres por tierra.
El otro acceso, por la ruta 14 se encuentra a 24 kilómetros de Dos de Mayo, de los cuales 14 deberán transitarse por una senda vecinal.
Conviene guiarse con un GPS de ser posible, ya que en algunos tramos no hay señalizaciones.
Otra recomendación es regresar antes del anochecer, pues cuando oscurece se hace dificultoso encontrar el camino.