Cuando Luis Ricardo “Lucho” Hes (47) tenía apenas siete años, su mamá, Eudosia, le dijo: “Te voy a enseñar a cocinar, así cuando seas mayor, vas a poder llevar contigo todo el sabor de la cocina de mamá y lo podrás recordar siempre, en cualquier lugar del mundo que estés”. Fue como un decreto.
Ahora, después de recorrer numerosos países de la mano de la gastronomía, este chef de confitería se encuentra en Miami, Estados Unidos, concretando uno de sus mayores anhelos: la apertura de “Monarque Patisseire”, una casa de comidas que se especializa en tortas y empanadas.
“Lucho” nació en Oberá pero cuando tenía cuatro años, sus padres Ricardo y Eudosia Burka, se mudaron a Jardín América, donde transcurrió su crianza y donde -asegura- todavía conserva muy buenos amigos.

Fue alumno de la Escuela Nº 284 “Tomás Espora” y de la ENET Nº 1 (hoy EPET Nº 7). Luego viajó a la localidad de Puerto Rico para efectuar el ciclo superior y formarse como técnico químico, título que finalmente obtuvo en Puerto Piray.
“Eso demuestra que para seguir mi sueño salí de casa siendo muy chico. Pero todo lo que tiene que ver con esta profesión, con la cocina, se lo debo a Doña Eudosia, mi mamá”, remarcó a la distancia, quien todos los días saborea un buen mate con chipitas porque es un convencido que “las raíces no se olvidan”. Por fortuna allí los supermercados son cosmopolitas y “conseguís ingredientes de todo el mundo.
La yerba y el almidón de mandioca se consiguen con facilidad. Se hace difícil encontrar carne de buen sabor”. Mientras realizaba preparativos para el Día de Acción de Gracias, contó a Ko´ape que su aprendizaje en la cocina fue evolucionando de a poco.
“Cuando era adolescente, hicimos un curso de confitería en la iglesia ucraniana de Jardín América donde, entre otras cosas, elaboramos una torta gigante para el día de la presentación del Ballet Vinochok (coronita).
Fui uno de los bailarines de ese cuerpo de danzas, del que tengo muy buenos recuerdo y de las presentaciones que hicimos”. Acumula más de diez años de experiencia en la industria, y trabajó en muchas ciudades de Estados Unidos.
“Fui el único alumno de mi clase seleccionado para completar una pasantía de Westgate Grill, Park City, Utah. Al mismo tiempo, trabajé en el restaurante Cicero’s, en la calle principal de Park City, bajo la dirección del chef Ariel Battafarano, donde servimos comida italiana”.
Y como si fuera poco, integró una brigada de chefs que tuvieron el honor de preparar la cena para grandes estrellas de Hollywood como Antonio Banderas, Danny DeVito, Jodie Foster, Paris Hilton, Vin Diesel, entre otros famosos. Asimismo, fue contratado “por Cross Sound Ferry para trabajar en varios de sus barcos que viajan de New London, Connecticut, a Long Island, New York.
Básicamente aprendí la cocina de América del Este, tuve la oportunidad de trabajar en The Rope Walk con el chef Ron Oldham, en Nantucket Island, Massachusetts, que sirve principalmente mariscos”. Después de un tiempo se mudó a Río de Janeiro, Brasil, donde por un breve lapso trabajó en Dúo Restaurante, en Barra da Tijuca, supervisado por chef de la talla de Mauricio Barbosa (Brasil) y Michele del Mónaco (Italia).
Por seis años y medio, desempeñó funciones en el Restaurante Aprazivel, en el barrio de Santa Teresa, donde descubrió la cocina brasileña, bajo la dirección del chef Nelo Garaventa y Ana Castilho. El siguiente y gran paso, fue instalar su propio espacio en Miami Beach, Monarque (en francés, monarca) Patisserie. Se trata de un proyecto “que vengo planeando mentalmente desde hace tiempo y finalmente se está dando, con mucho esfuerzo, dedicación y buen sabor”, aseguró, quien extraña los abrazos, las sonrisas, un buen asado, y la calma de las personas de esta parte del planeta. En Miami Beach “se tiene mucho de industria, entonces cuando presentás una opción, las personas no paran de pedir y se vuelven clientes cautivos.
Siempre agrego una yapa de alguna otra cosita, como un presente, y eso les encanta. Voy satisfaciendo las expectativas con sabores nuevos”.