A éstos se fueron sumando luego inmigrantes suizos, alemanes, brasileños y paraguayos, entre otros, quienes a pesar de sus distintos orígenes tenían un objetivo común: trabajar la tierra,
Se la considera la Capital de las Piedras Preciosas, riqueza natural descubierta accidentalmente por Amalia Bogado, quien se cortó la mano con una roca al introducir sus manos hasta el fondo del arroyo donde lavaba ropa.
En la zona hay variedades de cuarzo, ágatas, cristal de roca, amatistas y topacio.
Como puede ver, este rincón misionero está repleto de belleza e historias, que es posible conocer charlando con sus habitantes, gente sencilla, cálida y muy amable.
Entre los atractivos que tiene para ofrecer se destaca por ejemplo el balneario “Salto Bonito”, en Wanda, ubicado sobre la ruta provincial 19, a 400 metros del cruce con la ruta nacional 12.
Inmerso en un entorno de frescura selvática, es en la región el lugar por excelencia donde aplacar el calor en días de verano.
Su imagen se delinea con una cascada natural con un fondo imponente de monte con paisajes y descampados especiales donde instalarse a pasar el día.
Además de este balneario, Colonia Wanda dispone de varias áreas de camping de exuberante belleza como los ubicados a la vera de los arroyos Tupicuá y Uruzú.
Un paseo imperdible antes de instalarse en uno de estos campings es la visita a las Compañías Mineras, estrellas indiscutibles de la localidad.
Las puede encontrar en la intersección de la ruta nacional 12 y la ruta provincial 19. Son tres, la Compañía Minera Wanda, Mina Tierra Colorada y Mina Don José. Todas ofrecen recorridos guiados en los que pueden observarse las piedras en su estado natural en las cavernas de extracción, además de los talleres de elaboración y salones de venta con los productos terminados.
También podrá visitar el Museo de Fauna Misionera Mietek Chudy sobre la avenida San Martín, a 100 metros del edificio municipal, en el mismo predio donde funciona el Museo del Inmigrante. Lleva el nombre de un incansable naturalista quien durante 40 años de trabajo embalsamó centenares de ejemplares de la fauna misionera, la mayoría de ellos víctimas del tránsito en las rutas.
Quienes se decidan y visiten este museo podrán ver desde yaguaretés a tapires, pecaríes, yacarés, e incluso un águila harpía o el cóndor misionero y pequeños vertebrados, ofidios e insectos.