16 millones de pobres en nuestro país, y en el NEA la situación se agrava aún más. “Los datos que brindó el INDEC acerca del aumento de la pobreza no nos sorprende para nada. Es algo que se viene dando paulatinamente en los últimos años”, contó el sacerdote Gervasio Silva a 89.3 FM Santa María de las Misiones.
“Hay un crecimiento importantísimo de la pobreza que refleja la presencia de tantos niños en los merenderos, porque en sus casas no les alcanza para comer”, agregó. Actualmente, la parroquia en la que Gervasio Silva es sacerdote, tiene a su cargo ocho merenderos. En total, reciben 685 niños por semana. “Hace un año atrás, en un merendero en el que hoy van 300 chicos, antes iban 70”, se lamentó.
Recientemente, tuvieron contacto con la gente de Atención Primaria de la Salud quienes les explicaron la necesidad de que los chicos consuman frutas, pero “para los chicos es algo inaccesible, decirle a los chicos que se alimenten con fruta cuando ni siquiera les alcanza para alimentarse con cosas más baratas, es imposible para ellos y para nosotros”.
Pobreza estructural
“Yo creo que vamos empeorando porque es una pobreza estructural que va creciendo y que no tiene que ver sólo con la falta de dinero sino con una cuestión cultural. La pobreza llega también a la falta de educación, falta de trabajo“, aseguró Silva.
“Nosotros en la Parroquia atendemos sobre todo a niños y niñas que vienen a los merenderos y podemos constatar esta situación que es gravísima y que la vemos, por ejemplo, cuando hacemos apoyo escolar en la escuela: nos damos cuenta que hay chicos de ocho años que ayudamos a hacer la tarea y cuando le explicamos algo lo entienden pero a los cinco minutos se olvidan, les cuesta mucho retener porque cuando eran bebés no tuvieron buena alimentación y eso hace que hoy les cueste mucho aprender“, explicó.
En cuanto a los recursos destinados a los merenderos, los mismos son exclusivos de la solidaridad de la comunidad. “No tenemos apoyo oficial de ningún ente pero sí de la gente: son muy solidarios, siempre acercan leche, azúcar y harina, por lo que siempre tenemos” aunque “hubo veces que sí nos faltó”.
Sin embargo, Silva contó que en estos últimos meses, y gracias a una campaña de concientización y visibilización de los merenderos, la gente comenzó a ayudar más. “No nos sobra nunca, pero tampoco nos está faltando”, afirmó.
En los merenderos, los chicos suelen tomar la infaltable leche chocolatada con pan, facturas, bollos o torta fritas que hacen las cocineras de los merenderos. Algunos meriendan allí pero otros “se lo llevan a la casa, porque lo consumen como cena también”.