Los excesos no son buenos y en esta nota te contamos de esta adicción que padece el 3% de la población.
También descripta como una dependencia a la realización de ejercicio o la práctica compulsiva de ejercicio, esta condición puede generar desde lesiones por sobre esfuerzo hasta alteraciones importantes de la conducta del afectado.
Así, quienes padecen una adicción al ejercicio organizan su vida en función de su práctica y sufren una abstinencia cuando no pueden realizar el entrenamiento habitual, incluso, se manifiesta ansiedad, irritabilidad y otros síntomas propios de la conducta compulsiva que caracteriza a la adicción.
Bajo estos rasgos generales pueden encontrarse algunas características frecuentes entre quienes padecen adicción al ejercicio:
Necesidad constante de realizar ejercicio.
La no práctica de ejercicio produce ansiedad, irritabilidad o fatiga.
Necesidad de incrementar la frecuencia e intensidad del ejercicio que se realiza.
Falta de control en torno al deseo de hacer ejercicio.
Cantidad de tiempo excesiva invertida en la práctica de ejercicio.
Reducción de otras actividades de la vida habitual por la realización de ejercicio.
Continuación de la práctica física pese a la presencia de una lesión o enfermedad.
Practicar ejercicios es beneficioso de manera moderada, sin llegar a excesos y saber que no pasa nada por un día que no vayamos al gimnasio sino que, por el contrario, puede favorecer a nuestro rendimiento, el descanso es un pilar fundamental.
Buscar el equilibrio, ni nada, ni poco, ni mucho. Simplemente la dosis justa que me hace bien.
Colabora
Luciana Amado Siry
Espacio Wellness
Sargento Cabral 2042
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