Nuestra generación se calzó las botas de siete leguas y conquistó maravillosamente la era tecnológica”, decía allá por los años ’60 el Dr. Osvaldo Paulino, médico brasileño especializado en Medicina del Trabajo, al presentar un libro clásico sobre Yoga escrito por el Profesor Hermógenes. Compartiremos sus conceptos.
Las visiones sobre el futuro manifestadas por el Dr. Paulino describían admirablemente todo lo que hoy es cotidiano para nosotros como la desaparición de las distancias geográficas, la expansión de los medios de comunicación y las comodidades materiales producidas por la industria y la tecnología.
Y recordando la exclamación de los primeros astronautas: “¡La Tierra es azul!”, advertía el ansia de conquista en procura de nuevos mundos.
También preveía la multiplicación de los recursos curativos y de las medidas preventivas de higiene y salud pública, así como el avance de la geriatría, la biología, la genética, la farmacología, la cirugía y el control de la natalidad, pero no desatendía el peligro del uso indiscriminado de drogas psicotrópicas, “tan desastroso como el de la energía atómica”.
En dicha presentación, el Dr. Paulino anticipaba los avances tecnológicos que podrían reemplazar el trabajo de muchos hombres, perfeccionar la agricultura y profundizar el conocimiento de los alimentos; también anticipaba la expansión de la electrónica en todos los ámbitos, inclusive en la medicina, y expresaba: “No bien un proyecto es terminado y puesto en ejecución, nuevos descubrimientos ya preanuncian su superación…
Mientras tanto… ¿por qué, a pesar de estas conquistas, existe tanta intranquilidad, insatisfacción y angustia?… ¿por qué los tóxicos, los psicotrópicos, los alucinógenos, arruinan vidas, destruyen hogares y hacen infelices a millares de seres humanos a pesar de las medidas de control de los gobiernos y de los responsables de la salud de los pueblos?… Nos parece que el hombre, en la agitación dinámica de la vida, está olvidando el encuentro con la mayor maravilla del Universo: el encuentro consigo mismo”.
Y proseguía: “Recordemos que la cultura sola no significa sabiduría, y que ésta es heredad de los que reciben con humildad las grandiosas lecciones de Dios y de la Naturaleza. Leyendo la obra que presento, pude apreciar en su autor una manera sencilla y profundamente humana de servicio al transmitir lecciones de buen vivir, de higiene del cuerpo y del espíritu, como estudioso profundo y cultor de esta filosofía milenaria cada vez más actual y útil en su forma de Hatha Yoga.”
A propósito, “la medicina psicosomática es un término relativamente reciente, pero que esconde un concepto tan viejo como el propio arte de curar.
La tensión emocional y la gran carga de nuestros tiempos es origen de muchos males, como también lo puede ser la búsqueda de lenitivos terapéuticos psicotrópicos que, a veces, de simples dominadores de emociones pasan a dominar vidas.
Pero el estrés, denominador común de los desgastes psíquicos, encuentra en la práctica del Yoga una corrección y una terapéutica natural, un auxilio precioso para la orientación médica y una guía para la relajación y el equilibrio emocional. Esto es servir al bien del prójimo.”
Y luego del lanzamiento del libro, varios médicos clínicos, psiquíatras, investigadores y catedráticos del Brasil, quienes incluso practicaron sus lecciones, tuvieron expresiones como: “Recomiendo a mis colegas el empleo de este método para uso individual y en la clínica”; “a menudo es necesario considerar la substitución de la dependencia de psicotrópicos por las posturas adecuadas y el relax”; “la práctica del Yoga es una valiosa medida de higiene mental y una correcta y auspiciosa manera de vivir: con más salud, armonía, serenidad, altruismo, amor y fraternidad”; “reuniendo la sabiduría milenaria de la meditación y de las actitudes físicas, fisiológicas y psíquicas, el Yoga trae a la medicina un valioso recurso en el tratamiento de enfermedades psíquicas y otros problemas clínicos”.
El libro al que nos referimos es el siempre actual Yoga Para Nerviosos, del Profesor Hermógenes, quien aclaraba que si lo hubiera destinado a los médicos no habría usado el término “nerviosos”, pero que se propuso ofrecer una conversación simple y provechosa para todos… que sigue vigente hoy en nuestra práctica, aquí y ahora, en la hora del ahora. Namasté.
Colabora
Ana Laborde
Profesora de Yoga
[email protected]
376-4430623