BUENOS AIRES (DyN). El titular de Repsol, Antonio Brufau aseguró que la estructura financiera que permitió incorporar al grupo Eskenazi a YPF en el 2008, que involucraba el pago de dividendos de hasta 90% de los beneficios de la petrolera, fue “absolutamente aprobada por el presidente argentino, Néstor Kirchner y su señora”.“Absolutamente aprobada…absolutamente aprobada”, repitió Brufau en la rueda de prensa a la que convocó en Madrid, luego de que el Gobierno argentino interviniera YPF y enviara al Congreso un proyecto de expropiación de 51% de las acciones de Repsol.También aseguró que se tomó esa decisión “escuchando los deseos del Gobierno argentino”.Para el ejecutivo español, “cuando se habla de ‘excesiva política de dividendos’ hay que recordar que esta decisión fue aprobada por el Gobierno argentino”.Brufau relató que en 2008, “dimos entrada a un grupo argentino con una estructura financiera que incluía 45% de financiamiento bancario y 45% de financiamiento de la propia Repsol”.Si bien el ejecutivo no lo explicitó, el pago de esas acreencias debía hacerse con dividendos de la compañía, cuya primera porción se autorizó que fuese retroactiva.En el Proyecto de Expropiación sólo se incluyeron 51% de las acciones de Repsol, las que serán repartidas entre la Nación y las provincias, pero no se tocaron las del Grupo Eskenazi que suman algo menos de 25%, adquiridas en dos tramos.En febrero de 2008, se concretó la venta de 14,9% del paquete accionario de YPF a Petersen Energía, propiedad de la familia Eskenazi, en U$S 2.235 millones, una transacción que valuaba el paquete total de la petrolera en U$S 15 mil millones.Las cláusulas permitían que Petersen ampliara su participación hasta 25%, mediante una opción de compra de 10,1% adicional, que se concretó en mayo de 2011.“Se aceptaba y se declaró así el pago de un dividendo de 90% de los beneficios, cosa que se vino aprobando por el director responsable del Estado en YPF hasta el 2 de noviembre de 2011”, explicó Brufau.Luego, comentó que ese día “sorprendentemente” Roberto Baratta votó en contra y, según el CEO de Repsol, lo hizo “excusándose y diciendo que ello no significaba que el Estado no estuviese en un total acuerdo con lo que estaba haciendo YPF”. Se lamentó: “teníamos el beneplácito explícito de las autoridades y ahora se nos acusa de una década de depredación”.
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