POSADAS. Los usuarios del transporte urbano de pasajeros de esta capital y el área metropolitana recibieron la noticia con mucha bronca y, en unos pocos casos, con sorpresa al entregar 2 pesos al chofer y escuchar el aviso de que le faltan 25 centavos para poder viajar desde ayer. La furia aumentó cuando se comunicó que los colectiveros tenían previsto un paro para el miércoles. Los choferes y trabajadores del grupo Z explicaban a los usuarios las deudas que mantenían con ellos, a pesar del boletazo que rige por decreto del gobernador Closs. Pero finalmente la Unión Tranviarios Automotor (UTA) a nivel nacional levantó la medida de fuerza. Claro, el sabor amargo del boletazo sigue en pie. Y durará mucho tiempo. Desde la Defensoría del Pueblo, su titular, Marcelo Vairo, avaló la suba y cuestionó la forma en la que se aplicó y la falta de “consenso” en el trámite que encabezó el clossista subsecretario de Transportes de la provincia, Hermes Almirón.El partido Trabajo y Progreso emitió un comunicado firmado por los diputados Claudio Wipplinger y Víctor Kreimer afirmando que “el incremento del precio del boleto afecta directamente a las familias de menores recursos de la sociedad, rehenes de un servicio monopólico apañado desde el mismo Gobierno, que en lugar de controlar, exigir precios justos y servicio adecuado, entrega de manera cómplice al empresario una masa enorme de dinero como subsidios y, además, autoriza aumentos absolutamente innecesarios, inexplicables desde cualquier análisis serio de los costos y los ingresos que tiene este servicio público”.Opiniones de usuariosGabriela, que viaja diariamente por razones de estudio entre su barrio y el centro posadeño, dijo a PRIMERA EDICIÓN que el aumento “es injusto. Están subiendo demasiado las cosas, tanto la mercadería como el boleto. Monedita por monedita, hay que romper el chanchito, qué se le va a hacer”, dijo en un intento por asimilar la medida.A punto de subir a su micro que la lleva a Itaembé Miní, María, opinó que el boletazo “es un desastre. Me sorprendí porque no sabía nada. Se me hace que ya es demasiado, tenemos que hacer cuatro viajes por día y es mucho. Es todo un tema. Juntamos monedita por monedita para poder viajar”.La vecina de Posadas se quejó de la espera en horarios pico, especialmente cuando hay muchos escolares, “porque el colectivo no para”.Luciana, joven trabajadora que vive en la chacra 32-33, afirmó que “es un horror total, una vergüenza. Ya nos costaba 2 pesos y ahora 2,25, lo que implica que se queden con los 5 centavos de vuelto”. Reveló que muchos que viajaron en el mismo colectivo “no sabían nada como yo. Anoche (por el lunes), en la esquina de mi casa hubo un accidente porque el colectivo se partió en dos, por lo viejo y el mal estado en el que estaba. Y encima tenemos que seguir pagando aumentos y no tienen todas las unidades en estado, como corresponde. Es una vergüenza. Los que trabajamos tenemos que viajar en colectivo porque no podemos viajar de otra manera. Si hubiera paro tenemos que ir caminando porque no podemos pagar un taxi”.José, jubilado, se encarga de llevar a sus nietos a la escuela. Con voz algo resignada, dijo que se trata de “un tarifazo más para los pobres. Tengo a dos nietos en la escuela y hay que tener 2,10 pesos todos los días. Y más si tienen educación física. Todo suma. Ya ni mate se puede tomar. Si hubiera un paro de colectivos nos tenemos que quedar en nuestra casa nomás. Es una barbaridad. Yo, por mi condición de jubilado, no pago los días de semana, pero los fines de semana sí”.La multisectorial que se había conformado en momentos en que el boletazo se anunciaba como un hecho (diciembre) ratificó la convocatoria para mañana, desde las 10, frente a la sede del Concejo Deliberante de Posadas para protestar contra la suba de las tarifas.“Queremos hacer un llamado a la sociedad entera a movilizarse y repudiar este nuevo aumento del boleto urbano y señalarlo como un avance antipopular que perjudicara a miles de usuarios calando en sus bolsillos”, afirmaron.“Pasando por encima de todas las expresiones y medidas que se han llevado adelante por parte de ésta multisectorial, a pesar del claro rechazo popular al aumento, favoreciendo una vez más al monopolio del transporte, se hace pública ésta decisión de aumentar el pasaje en un 25%”, indicaron en un comunicado. Vairo dijo que no sabía del aumentoEl Defensor del Pueblo de Posadas, Marcelo Vairo, dijo a PRIMERA EDICIÓN que el aumento “a mí también me tomó por sorpresa. Nosotros no sabíamos que iba a aumentar. Ese es el único cuestionamiento, porque sabíamos que el boleto tenía que tener una corrección por los costos. Por ahí lo que hubiera querido es que esto se hubiera hablado antes, informado, debatido como para poder aceptar el conjunto de la sociedad”.El dirigente renovador indicó que “tal vez hubiéramos preferido tener definiciones sobre el SUBE, cómo va a impactar si se aplica con respecto a este aumento, si lo va a absorber o no. Cómo se aplicarán los subsidios. Indefiniciones que no tenemos claras”. Admitió que en Transportes de la provincia no aceptaron su pedido de incorporarse a la mesa de la comisión que define las tarifas: “No tuvimos ninguna participación. Por ahí a futuro la tenemos…” y admitió que “los usuarios no están representados en esa mesa” que integran la provincia y los intendentes del área metropolitana (Posadas, Garupá y Candelaria).Sobre los incumplimientos en el ticket electrónico, justificó a la empresa por la llegada del SUBE y afirmó que “lo que tenemos que ver es que las empresas adapten el servicio en confort, frecuencias, unidades adecuadas, un buen servicio”. Sin exigencias al grupo ZLos diputados Claudio Wipplinger y Víctor Kreimer afirmaron en un comunicado que “el Ejecutivo provincial nunca ha informado, a pesar de los reiterados pedidos que realizamos en ese sentido, bajo qué criterio de análisis ha podido determinar por qué, además de los subsidios, es necesario el aumento en un servicio similar al que, hace pocos meses, el mismo grupo empresario había hecho público que estaba dispuesto a brindar en Buenos Aires por 2 pesos sin subsidios. Decimos similar porque el servicio que allí pretendían ofrecer contaba con unidades nuevas, aire acondicionado, butacas individuales y muchas otras comodidades que para los usuarios misioneros están vedadas. Aquí, parecen entender que hasta la limpieza de las unidades y el respeto por los horarios establecidos son lujos innecesarios. Es tal el nivel de connivencia de empresarios y el go
bierno de Closs que ni siquiera tenemos acceso a la posibilidad de conocer, a ciencia cierta, la cantidad de pasajeros que el servicio transporta, dado que no se les exige que utilicen control fiscal para el expendio de boletos”.
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