POSADAS. Hoy, cuando el reloj marque las 10, el nombre de Ageda Teodocia Duarte (34) volverá a sonar en los pasillos judiciales como hace cuatro años y cuatro meses, cuando una sombra entró en su humilde vivienda de Ñu Porá, le quitó a su beba recién nacida y la mató de un tiro en el pecho.El caso conmovió no sólo a la provincia, sino también al país, y ahora comenzará el debate que buscará establecer definitivamente qué fue lo que sucedió ese lunes 26 de noviembre de 2007 y quién fue el autor de ese disparo mortal que dejó a cinco chicos sin su madre.En el banquillo de los acusados del Tribunal Penal 1 de Posadas se sentarán Roceli D. (35), una vecina de la víctima y quien tenía al bebé robado cuando fue hallado por las autoridades, y Fernando A. (37), un gomero que sería el responsable del arma de fuego homicida y que también guardaría relación con el hecho.La mujer, nacida en El Soberbio, está imputada por el delito de “homicidio calificado criminis causa por conexidad con sustracción de menor” y “tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil”. Esta última carátula también pesa sobre el gomero y fletero, nacido en Campo Grande pero con domicilio en Garupá.En el debate se intentarán establecer las responsabilidades de ambos en el violento episodio que se cobró la vida de Duarte y si alguno de ellos fue el autor del disparo que acabó con la vida de la mujer. Una fuente de estricta confidencialidad deslizó que una de las hipótesis más firmes señalaría a la mujer detenida como la responsable de ese disparo mortal.El juicio se llevará a cabo en la sala de debates del TP 1, sobre calle San Martín, ante la atenta mirada de los magistrados Roque Martín González, Juan Enrique Calvo y Alfredo Rafael Escribano.La visita de la muerteEl hecho ocurrió cerca de las 3 del 26 de noviembre de 2007, cuando Ageda descansaba junto a sus cinco hijos en la casa de Las Rosas y Tierra Roja, de Ñu Porá, a escasas semanas de dar a luz a Luciana.En determinado momento un encapuchado o encapuchada se abrió paso en la casa de la mujer y le robó al bebé. En ese interín, según narran las crónicas, Ageda habría intentado resistirse a entregar a la recién nacida, acción que le costó la vida. Es que un balazo a la altura del hombro pudo más que el instinto maternal: el plomo calibre 22 le atravesó los pulmones y el corazón y la dejó tendida inerte sobre el colchón en el que descansaba.Con la beba y la sangre de Duarte en sus manos, el asesino huyó de la escena, aparentemente en compañía de un cómplice y a bordo de un Renault 12 blanco.Desde ese momento, en el barrio todo fue temor. El único varón de entre los cinco pequeños, que vio los últimos momentos de su madre, corrió hasta la casa de un vecino en busca de ayuda. “Le robaron la beba a mi mamá y ella se ahogó”, dicen que le dijo el niño al hombre. Enseguida, un enjambre de policías invadió el barrio.IncertidumbreLuego de las primeras pericias comenzó la búsqueda de la pequeña secuestrada. Los uniformados montaron un extenso operativo para dar con la menor y cercaron las probables vías de escape de los captores. Sin embargo, pocos esperaban el desenlace: la menor fue hallada al día siguiente en la vivienda de una vecina de Ageda, a sólo dos cuadras de la casa del horror.Al parecer, ese descubrimiento se produjo gracias a una kiosquera de la zona que sospechó de una vecina que, aunque no tenía hijos, estaba desesperada por conseguir un chupete. La comerciante no lo dudó y llamó a la Policía, sin saber que esa acción permitiría echar algo de luz en la investigación.Enseguida, los efectivos llegaron a la casa de la vecina y la encontraron con una beba que coincidía en todas las características. La apropiadora construyó varias fábulas y hasta llegó a decir que ella misma había dado a luz. Sin embargo, no supo qué responder cuando le pidieron el “papel rosa” y otros documentos. Sus historias se desmoronaron y los agentes finalmente comprobaron las sospechas del barrio: habían encontrado a la hija de Ageda Duarte.En esa vivienda, además, la Justicia ordenó un allanamiento en el que se secuestró el revólver calibre 22 marca “Doberman” del que partió el disparo que acabó con la vida de la indefensa madre.De inmediato, las autoridades detuvieron a la “apropiadora” y a su concubino. Después, capturaron también a un tercer sospechoso. La Justicia analizó las pruebas y hacia agosto de 2008 procesó a la mujer que fue encontrada con el bebé en sus brazos como autora intelectual del hecho. En principio, a los dos masculinos apresados se le dictó la falta de mérito por el delito de homicidio, aunque uno de ellos quedó vinculado a la causa por la tenencia del revólver. La Justicia indagará también sobre él para saber qué grado de participación tuvo en el crimen.
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