ELDORADO. Un peligroso preso procesado por el delito de “homicidio calificado” era buscado intensamente al cierre de esta edición por efectivos de la Policía de Misiones y del Servicio Penitenciario Provincial, después de lograr escapar de la cárcel de Eldorado.Según trascendió ayer, el paraguayo Antonio Arévalo Rojas (20) logró evadir los controles de la Unidad Penal III e insólitamente abrió un boquete en el cerco perimetral de la prisión, tras lo cual se dio a la fuga.Rojas, oriundo de Paraguay, se encontraba procesado por un homicidio perpetrado tiempo atrás en Colonia Mado y, para una buena parte de los investigadores, ya habría alcanzado a cruzar el río Paraná y escapar hacia el país vecino, donde viven sus familiares.Trabajo “fino”Según trascendió en las últimas horas, Arévalo Rojas habría consumado el escape con el que tanto había soñado en la madrugada del último viernes. Al parecer, el reo aprovechó una distracción provocada ante la tranquilidad de la Semana Santa y cortó con un elemento de filo parte del cerco perimetral que rodea a la conocida prisión del Alto Paraná, categorizada por las autoridades como de “mediana seguridad”.Aparentemente, el paraguayo logró recuperar la libertad de manera ilegal a eso de las 1.15 de ese día, aunque no fue hasta varias horas después que los guardias de la Unidad Penal III se percataron de lo que había sucedido.Así las cosas, durante todo el último fin de semana se montó un intenso operativo conformado por efectivos de la fuerza provincial y del SPP en Eldorado y la zona, aunque sin resultados positivos.Por eso, y porque el tiempo sigue transcurriendo sin mayores novedades, es que varios de los investigadores creen que el joven homicida logró escabullirse y llegar hasta el Paraná, donde cruzó hasta su país de origen buscando asilo en la casa de alguno de sus tantos familiares.Fuentes del caso informaron que Antonio Arévalo Rojas mide alrededor de 1,80 metros de estatura, es de tez trigueña, cabellos cortos y posee dos marcas evidentes a la hora de reconocerlo: sendos tatuajes en ambos brazos.Así las cosas, el homicida paraguayo se transformó en el tercer preso que burla los controles de las cárceles misioneras en lo que va del presente año.El primero fue Mauro Meza (23), procesado por robo y abusos varios, quien aprovechó una reyerta con un muerto en la Unidad Penal II de Oberá y escapó luego de asistir a uno de los heridos. El segundo fue otro reo de la prisión obereña, que aprovechó la “libertad condicional” y no volvió tras las rejas.
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