POSADAS. Murió ayer Amalia Brítez, la mujer discapacitada quien hace quince días quedó completamente en la calle con el resto de su familia tras el incendio que consumió la precaria vivienda en el barrio Centro Correntino. Su fallecimiento se produjo sin que pudiera ver la ayuda que necesitaba -y todavía necesita- su familia, para reconstruir el hogar. Sucedió que tras la tragedia, la única ayuda que habían recibido los Brítez vino de parte de un grupo de ayuda conformado por familias autoconvocadas, de profundo perfil solidario, que promueve acciones benéficas a través de las redes sociales denominado “Agrotóxicos Niños Envenenados” (en Facebook). Amalia murió porque el humo que inhaló durante el fuego le desencadenó una afección pulmonar contra la cual no pudo luchar. Ahora, en medio de una profunda tristeza, los siete integrantes de la familia damnificada cuatro niñitos, tres adultos, siguen esperando la contingencia estatal, ya que no alcanza con lo donado por la gente de buena voluntad. “Hoy (por ayer) internaron a nuestra amiga Amalia y su hermano nos contó que no aguantó. Pasaron muchos días, golpeamos muchas puertas pero nunca llegó la asistente social tan necesaria para realizar cualquier tramite que permita una ayuda más institucional para la familia, la impotencia nos llena de rabia”, lamentó en una charla con PRIMERA EDICIÓN Nélida Pelinski, quien forma el grupo social “Agrotóxicos niños envenenados”, el único que hasta ahora se movilizó para colaborar.“Recurrimos al Iprodha donde nos dijeron que podían hacer algo por la familia, pero era necesario que se elevara un informe profesional del cuadro de situación de la familia. Por ese motivo fuimos a Bienestar Social, pero se dilató por una cuestión o por otra, y sólo pudimos juntar lo que la gente fue donando, pero todo muy precario”, explicó Pelinski quien graficó: “ahora la familia, que todavía tienen dos de sus miembros discapacitados (Amalia era la que tenía mayor grado de discapacidad), vive en una casa hecha con las chapas que se salvaron del fuego”, contó. Falta másPelinski resaltó que la gente “se portó, como siempre, muy bien, muy solidaria” pero hay cosas que no se pueden acercar porque no es algo que las personas dispongan en sus hogares, como por ejemplo un corte de casa, piso, elementos sanitarios, y otras cosas más de uso doméstico. La preocupación de la red solidaria estaba dada ahora por el cambio de clima que se prevé para los próximos días y clamó para que “la ayuda no se burocratice más”.
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