San Vicente. Diez personas reunidas en el patio de una iglesia evangélica visualizaron juntos el paso de dos objetos voladores extraños que viajaban a gran velocidad y que desaparecieron sin dejar rastros en el cielo de Cruce Londero Alicia, ubicado a unos treinta kilómetros de San Vicente, donde se unen las rutas provinciales de tierra 221 y 222. El hecho, que si bien hace aproximadamente un mes se viene registrando, según los pobladores, causó conmoción al hacerse público luego de que los vecinos, juntos, fueran testigo del extraño espectáculo, situación que incluso movilizó a la Policía para registrar el acontecimiento. Sergio Gauna, trabajador de un multimedios, hace tres meses que reside en Cruce Londero y en la noche del lunes por cuarta vez visualizó a los objetos voladores cuando se encontraba con otras personas. Ante el misterio se comunicó con Marcelo Kusik, del Servicio Meteorológico del Centro de Misiones (Semecem), quien el sábado se dirigirá al lugar para tratar de registrar e investigar de qué se trata. Gauna señaló que hace aproximadamente un mes comenzó a ver objetos resplandecientes. “Siempre viene viajando sin ruido de este a oeste y uno giró al suroeste, como hacia Brasil”, describió el trabajador de multimedios, quien señaló que antes nunca se interiorizó por este tipo de fenómenos, pero que ante la situación que llama mucho la atención quiere saber de qué trata. “El lunes por la noche se llegaron a ver dos objetos que viajan a una gran velocidad, no tiene destello, tampoco deja ninguna estela y cuando llega a un determinado punto se pone como más chico, rojo y es como chupado por el cielo y desaparece”, relató Gauna. Una de las cuestiones que llamó la atención de quienes tuvieron la posibilidad de visualizar el fenómeno es que aunque intentaron registrarlos con la cámara de un celular fue imposible. “Intentamos filmarlo, pero aunque se ve la luna en la filmación, por ejemplo, el resto se ve todo negro y no aparece este objeto”, contó Gauna. ¿Relación con el cráter de Aurora?Marcelo Kusik el sábado, con otras personas, observará el cielo de Cruce Londero Alicia y se instalará con cámaras filmadoras para intentar registrar estos objetos voladores en caso de que aparezcan, con el fin de investigar o determinar de qué se trata. Kusik, quien está al frente del Semecem, dijo que no descarta que estos objetos que se ven en el cielo tengan alguna relación con el cráter de Aurora que conmocionó a la provincia. El cráter en Colonia Aurora, en el kilómetro 14 de la ruta 222, ocurrió en julio del año pasado, cuando dos hectáreas fueron afectadas por un hundimiento en la tierra que asustó a pobladores y extraños. Aunque los especialistas explicaron que se trató de un deslizamiento de tierra como consecuencia del desmonte, ayer Kusik dijo a Primera Edición que él no descarta ninguna hipótesis. Además, agregó que en la zona generalmente se escuchan como estruendos en noches despejadas que también consideran muy raro. El sábado, en tanto, en Londero se reunirán en el campo ubicado en un lugar alto, en inmediaciones de la liga colonial de fútbol -donde la gente pudo ver los objetos voladores- para tratar de registrar y buscar alguna respuesta al misterio. Hace cinco años, en CataratasEl 27 de julio de 2007 un grupo de turistas aseguró haber visto un Ovni mientras realizaba el paseo de la luna, aunque las autoridades manifestaron desconocer el hecho. En esa oportunidad trascendió que los visitantes manifestaron ver un objeto circular, aparentemente de metal y luces en el centro, que emergía de las aguas justo en la Garganta del Diablo. Antes de la medianoche y en medio de una densa bruma, el grupo, de unas diez personas, notó que el sonido propio de la caída de agua cambió repentinamente. “Comenzó a sonar distinto, como más agudo”, había explicado una mujer colombiana, testigo del hecho. “Justo por debajo de la masa de agua que se desploma en la Garganta del Diablo empezamos a ver tres luces de colores pequeñitas pero, segundo después, las luces comenzaron a ser mayores y más grandes”, había contado. El fenómeno se prolongó por el lapso de cinco minutos, tiempo que necesitó el objeto volador para recorrer desde el fondo de la caída hasta la parte superior del río Iguazú, para seguir con una carrera ascendente que lo elevó al cielo hasta que se lo perdió de vista.
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