A un año de la muerte de Ezequiel Padilla, su familia se debate entre el dolor y el miedo. Cuando lo detuvieron amenazó que todos íbamos a pagar, uno por uno, recordaron. Tenía 26 años y creen que lo mataron por un cigarrillo.
Jeremías tiene diez meses de vida y su madre, Vanesa Rodríguez (26), lamenta que el niño jamás conocerá a su padre porque un hombre lo apuñaló luego de pedirle un cigarrillo.
El ataque que sufrió Ezequiel Padilla (26) fue perpetrado durante el primer día del 2017, en inmediaciones a las avenidas Chacabuco y Costanera, al sur de la capital provincial. Vanesa gestaba siete meses de embarazo cuando su esposo falleció luego de una agónica lucha de treinta días en una cama del Hospital Madariaga.
La joven madre se vio forzada a comenzar de nuevo, al frente de su propia familia. Y más allá de los obstáculos de la vida solo uno le resulta imposible de superar: el dolor. El hombre que mató a mi marido también destruyó parte de mi vida y la de mis hijos. Nosotros seguimos hundidos en un pozo de oscuridad, le dijo Vanesa a PRIMERA?EDICIÓN, un año después del crimen, y en diálogo con este Diario junto a la madre y las hermanas de la víctima.
Las mujeres contaron que temen por su seguridad, ya que el detenido por el homicidio juró vengarse. El día que lo detuvieron, estando tendido en el suelo y esposado, dijo que todos van a pagar, uno por uno, recordó, Carmen Zado (51), madre de Ezequiel.
La muerte de Ezequiel
La mañana del domingo 1 de enero de 2017 Ezequiel Padilla fue apuñalado por un hombre, conocido en la zona como Paraguayo, de 41 años. Según los testigos lo acuchillaron porque no tenía cigarrillos para invitarle, manifestó Noelia Padilla, hermana de la víctima.
El último que habló con Ezequiel fue Froilán, nuestro otro hermano. Ellos (Ezequiel y Froilán) pasaron juntos el 31 y a las 7 de la mañana se despidieron, porque viven bastante cerca, agregó.
Según la joven, Ezequiel regresaba a su casa cuando fue atacado. Herido de muerte, Ezequiel caminó en busca de ayuda. Casi sin tiempo, retornó a la vivienda de su hermano. Fue entonces que Froilán lo encontró desangrándose, lo levantó en la camioneta y lo llevó al Hospital.
La familia, entristecida por revivir aquella jornada, recordó que una vez en el vehículo, Ezequiel se desvaneció y no despertó nunca más. Desde ese día quedó en coma hasta su muerte, explicó Noelia.
Ezequiel estuvo internado hasta el lunes 30 de enero de 2017. Fue una agonía lenta y penosa, tanto para él como para sus seres queridos. Del fallecimiento del muchacho se cumple un año y su madre no encuentra aún consuelo. Hay noches en las que no puedo dormir, solo pido justicia y que ese hombre que nos hizo tanto daño pague, repite Carmen.
La detención
El 20 de enero de 2017 Ezequiel todavía permanecía internado cuando un vecino se convirtió en un testigo clave. Fue quien identificó al asesino a las dos semanas de la agresión, dijo Laura Padilla.
Se trata de un hombre que se gana la vida recolectando botellas para vender. Reconoció al que atacó a mi hijo y nos avisó. Estaba con una mujer que tenía una criatura, tomando tereré cerca del Hospital de Pediatría. Entonces fue mi otro hijo junto a mis yernos y unos vecinos, porque estábamos en el Hospital cuidando a Ezequiel. Cuando lo ven al sospechosos, lo rodean y llaman a la Policía. Y fue así como lo detienen, detalló Carmen.
Para Laura, el acusado se creía impune. Nunca se escondió. Era como que quería que lo atrapen o quería escapar a Paraguay, asegura.
Amenazas latentes
Desde entonces, antes de salir de casa la familia Padilla toma recaudos. La muerte de Ezequiel cambió todo. E inundó de miedo a la familia del joven.
Nosotros fuimos amenazados. El detenido dijo que algún día iba a salir de la cárcel y nosotros íbamos a pagar, uno por uno. Por eso no estamos tranquilos, le pido fuerza a Dios para mí y mis hijos. Yo pienso en mis nietos, dijo Carmen, quien aún recuerda aquellas palabras que, al día de hoy, le hielan la sangre: Cuando estaba en la plaza, el día de su detención, lo tenían esposado y en el suelo. Cuando lo levantaron, miró a la cara de los presentes y dijo que todos van a pagar.
Prisión preventiva
En marzo de 2017, el magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, dictó la prisión preventiva para el acusado, de 41 años y nacionalidad paraguaya.
En su momento se abstuvo de declarar ante el citado juez, quien lo imputó formalmente por el delito de homicidio simple.
Según el artículo 79 del Código Penal Argentino, en caso de ser encontrado culpable, podría recibir una pena de entre 8 y 25 años de prisión.
Ezequiel Padilla murió a raíz de las severas lesiones que sufrió al ser atacado de una certera cuchillada a la altura del abdomen. El testimonio del denominado testigo clave?fue determinante para llegar al presunto autor del hecho.
La causa se encuentra ahora camino a la elevación a juicio oral y público, según informaron fuentes ligadas a la investigación.
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