El hombre de radio podría recibir una condena de entre ocho y veinte años de cárcel en caso de ser declarado culpable en un juicio oral acusado por abusar sexualmente de su hijastro de nueve años. Los vejámenes, según la presentación penal, fueron perpetrados en una radio de la localidad de Puerto Libertad. Además, en al menos una ocasión el chico fue sometido en la vivienda donde residía el sospechoso junto a su pareja, quien es la madre de la infortunada víctima. La semana pasada, el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brítez, elevó la causa que involucra a este hombre, que actualmente tiene 22 años, a la instancia de juicio oral, imputado por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la situación de guarda y convivencia preexistente”. Todo indica que el debate se desarrollará a mediados del 2018 en el Tribunal Penal de Eldorado, a puertas cerradas, para preservar la identidad de la víctima.Docentes detectaron el abusoDirectivos de la escuela primaria a la cual asistía el menor, más precisamente el tercer grado, detectaron que el niño presentaba reiterados problemas de conducta. Siguiendo el protocolo para estos casos, el chico fue asistido por una psicopedagoga y asistente social. Fue entonces que el menor habría referido a los profesionales la pesadilla que atravesaba. Así le confesó a su madre los ataques sexuales de quien era su padrastro. Luego un médico examinó al chico y constató los abusos.De los testimonios colectados por la Justicia en la causa, surgió un dato estremecedor: la mayoría de las violaciones fueron perpetradas en la radio donde se desempeñaba como locutor el acusado, siempre de acuerdo a la denuncia. Al parecer lo llevaba al lugar con distintas excusas, los sábados y domingos por la tarde y en los horarios donde el sospechoso trabajaba. En base a la denuncia, el primero de los abusos sexuales que padeció la víctima se remonta a octubre de 2015, es decir apenas tres meses después de que el acusado y la madre del chico comenzaron una relación sentimental y decidieron vivir juntos. Ese aberrante episodio se produjo cuando la progenitora del menor viajó a Puerto Iguazú a votar. A partir de allí, la situación se reiteraría para el indefenso chico una y otra vez.Las dificultades de aprendizaje y problemas de conducta de la víctima en la escuela finalmente hicieron que intervinieran los docentes.
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