El domingo 1 de mayo de 1994, el corredor brasileño Ayrton Senna tenía 34 años cuando estrelló su auto Williams Renault contra un muro de concreto a más de 200 kilómetros por hora en la séptima vuelta del Gran Premio de San Marino de Fórmula 1.
Un helicóptero lo transportó en coma al hospital Maggorie, en Bolonia, donde los médicos no pudieron salvarle la vida y fue declarado muerto oficialmente a las 18:40.
El violento choque se produjo durante la más accidentada de las carreras de F-1 en 45 años, la misma en la que el día anterior había fallecido el austriaco Roland Ratzenberger mientras practicaba y en la que otro brasileño, la por entonces promesa Rubens Barrichello (21), tuvo que ser retirado inconsciente de su coche en los primeros entrenamientos del viernes.
Campeón mundial de Fórmula 1 en tres oportunidades (1988, 1990 y 1991), Senna había alcanzado en Imola la posición de cuerda y estaba en primer lugar cuando sufrió el terrible accidente. El auto prácticamente se desintegró a raíz del violento impacto y la carrera fue suspendida para atender al piloto.
El corredor brasileño sufrió graves heridas en la cabeza y fue conducido de inmediato en helicóptero a la unidad de cuidados intensivos del Hospital Maggorie, aunque nunca recuperó el conocimiento.
Cuando llegó al hospital la jefa del servicio de emergencia María Teresa Fiandri anunció que el severo daño cerebral sufrido por el piloto era irrecuperable y todos los esfuerzos que se hicieron por salvarle la vida fueron inutiles.
Poco después se anunció la muerte clínica del piloto y en las últimas horas de la tarde fue declarado oficialmente muerto.
Un presentimiento
Ayrton Senna, había revelado días antes a su novia, Adriana Galisteu, que no quería correr en el circuito de Imola.
“Ayrton tenía un mal presentimiento y le confesó a Adriana que no tenía muchas ganas de correr en el Gran Premio de San Marino”, aseguró Emma Galisteu, madre de la novia del tricampeón mundial trágicamente fallecido.
Según Adriana Galisteu, Senna sufrió un gran impacto por los dos accidentes que antecedieron al Gran Premio de San Marino. El tricampeón brasileño, que siempre manifestó su preocupación por las condiciones de seguridad de las pistas en las que se disputan las pruebas de Fórmula 1, llegó a inspeccionar los dos lugares del circuito de Imola en donde se registraron los accidentes.
Conmocionado por el accidente sufrido por Barrichello y por la muerte de Ratzemberger, Senna, en conversación telefónica con su novia, confesó que estaba preocupado y que tenía un mal presentimiento en cuanto a la carrera.
Juicio por su muerte
Por el accidente fueron procesados Adrian Newey y Patrick Head, jefe de proyecto y director general de la escudería Williams en el momento del accidente de Senna. En un primer proceso en diciembre de 1997 fueron absueltos, aunque posteriormente se abrió otro juicio en noviembre de 1999 por homicidio involuntario. Sin embargo no prosperó el proceso.
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