Casi un centenar de niños disfrutan de la escuela de verano en la institución educativa 636 de esta localidad. Actividades recreativas, deportivas, entre ellas natación, y apoyo escolar forman parte de la propuesta que distingue a la escuela desde los inicios del programa.“La escuela funciona en verano desde el primer año del programa. Para nosotros es muy importante darles este espacio a nuestros chicos”, manifestó a PRIMERA EDICIÓN la coordinadora de la Escuela de Verano, Rosana Ramos, quien además, cumple ese rol desde su puesta en marcha.“Cada año programo todo para poder estar. Los niños cuando terminan las clases ya preguntan en que fecha deben venir. Es muy importante lo que se les brinda, son chicos que tienen muchas carencias y es una oportunidad de contenerlos, sacándoles de esa situación” agregó la docente.“Disfrutan ellos y también nosotros”Con realidades sociales preocupantes, los niños de distintas edades, acuden día a día para disfrutar de las actividades, con la seguridad de tener incluido desayuno y almuerzo. “No solo el tema de los vicios que avanzan cada vez más nos preocupa, sino también muchas situaciones de violencia que viven a diario, por eso hacemos hincapié en cambiarles la visión. Ellos son el futuro y nos ponemos muy contentos con sus logros. Son niños humildes”, admitió Ramos “es muy grato sacarles una sonrisa y saber que se van con la ‘barriga’ llena, para algunos representa el único alimento que tienen”.El personal docente, además de la coordinadora, profesor de educación física, de danzas y de tecnología y el personal de limpieza y cocina se brindan plenamente cada mañana, de 8 a 11, a sus niños. “Disfrutan ellos y también nosotros. Además de las actividades recreativas tienen apoyo en las materias en las que están flojos. No son muchos los que deben recuperar o necesitan, pero los que vienen son aquellos que no pueden tener la posibilidad de profundizar los contenidos de otra manera”, señaló Ramos. Cada verano la institución de Guaraní, que cuenta con una matrícula de más de 500 alumnos, mantiene parte del bullicio, risas y energía de sus niños.“Además, un día por semana los llevamos a la pileta, así hacemos actividades en contacto con la naturaleza y natación. Los chicos aprenden a nadar, si no fuera por la escuela no tendrían acceso a este tipo de lugares y actividades”, subrayó la docente.En Misiones, el programa Escuela de Verano se implementó este año en 32 establecimientos educativos con el fin de acompañar a los niños, jóvenes y adultos que durante el receso estival no disponen de espacios para el esparcimiento y la recreación. Este programa pretender ofrecer un espacio para el juego y el aprendizaje, incentivando el deporte y el ejercicio de compartir con amigos un momento diario. Seguirá hasta fines de febrero.
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