El 17 de enero de 1997, una patrulla de Gendarmería Nacional mataba “por error” a dos jóvenes misioneras en Comandante Andresito, al acribillar a balazos un vehículo en el que viajaban junto a otros dos ocupantes por un camino vecinal.
Ocurrió alrededor de las 2:30 de ese día en inmediaciones de la intersección de las rutas 19 y 101.
Según se explicó en su momento, el grupo se había extraviado con su auto en un camino vecinal del mencionado municipio cuando se dirigía a una fiesta de cumpleaños. Entonces fue cuando los atacaron los uniformados, que a su vez los confundieron con narcotraficantes o contrabandistas y dispararon al menos diez veces contra ellos.
La bioquímica Cristina Balbuena, de 27 años, fue alcanzada de lleno por un proyectil que le destruyó el cerebro y le causó la muerte en el acto, mientras que Patricia Ap, de 20, fue alcanzada por otro balazo en la cabeza.
Esta última falleció días después por las heridas mortales que sufrió.
En el Fiat 147 Vivace de color blanco viajaban también Carlos Ap (25, conductor) y Lida Elba Viñuela (21), quienes sobrevivieron al episodio.
Los gendarmes involucrados –un joven alférez y cuatro gendarmes de menor graduación– fueron exonerados de la fuerza y años más tarde, dos de ellos fueron condenados a 14 y 10 años de prisión.
Esta es parte de la cobertura periodística de PRIMERA EDICIÓN al día siguiente del hecho:
Una joven murió y otra resultó herida de gravedad al ser baleadas por cinco gendarmes, quiénes las confundieron con delincuentes cuando viajaban en automóvil en cercanías del centro urbano de Andresito, informaron fuentes policiales. El hecho ocurrió a las 2:30 (del viernes 17 de enero de 1997) en inmediaciones de la intersección de las rutas 19 y 101, cuando los jóvenes que se dirigían a un cumpleaños que se realizaba en una chacra de la zona fueron sorprendidos por miembros de Gendarmería Nacional. Las víctimas, una de las cuales es sobrina del intendente local, viajaban en un automóvil Fiat 147 Vivace blanco con otros dos acompañantes, quienes resultaron ilesos, buscando la casa de una amiga en esa zona rural que celebraba su cumpleaños. Los informantes relataron que la bioquímica Cristina Balbuena, de 27 años, fue alcanzada de lleno por un proyectil que le destruyó el cerebro y le causó la muerte en el acto, mientras que Patricia Ap, de 20, fue rozada por otro balazo que le rozó el cráneo y le destrozó la oreja derecha. Los otros dos ocupantes del automóvil fueron identificados como Carlos Ap (25), el conductor, y Lida Elba Viñuela (21), hija de un suboficial de Gendarmería que presta servicio en esa zona.
Equivocación fatalViñuela relató que con Carlos Ap al volante buscaban la chacra de Otto Waidelich para asistir al cumpleaños de su hija e ingresaron unos 200 metros por un camino equivocado; agregó que cuando retomaron la marcha “comenzaron los disparos. Carlos frenó. La veo a Patricia herida en la cabeza y llena de sangre ya la otra chica sin conocimiento (aparentemente ya muerta), en el asiento delantero derecho”. La joven desmintió que les hubiesen impartido voz de “alto” y afirmó que “si lo hubiesen hecho les habríamos escuchado, porque estábamos muy tranquilos y con la radio apagada. Directamente nos dispararon”, enfatizó. Los uniformados habrían hecho al menos diez disparos, ya que en el lugar del episodio se hallaron seis vainas servidas de pistola 9 milímetros y cuatro de fusil FAL, presumiblemente provenientes de las armas que usaron los gendarmes, según los investigadores.
Buscaban a delincuentesLa patrulla, que se desplazaba en una camioneta de la repartición, había partido minutos antes del destacamento existente en el poblado y se dirigía hacia la ruta 101 cuando se produjo el lamentable suceso. El grupo, integrado por un joven alférez y cuatro gendarmes de menor graduación, fue detenido y puestos a disposición del juez Carlos María de la Cruz, quien ordenó la realización del examen de alcoholemia y droga que habría arrojado resultado negativo. Oficialmente Gendarmería dijo que los efectivos destacados en la zona norte de Misiones habían sido alertados sobre un pedido de colaboración radiado por la Policía para la búsqueda de una pareja de presuntos homicidas. La búsqueda estaba orientada a dar con el paradero de un brasileño conocido como “Beiso” Acuña y una mujer con domicilio en la ciudad de Eldorado, donde a las 21:30 del día anterior habían asesinado a dos personas.
Indignación en AndresitoUn levantamiento de la población provocó a noticia del incidente protagonizado en la localidad de Andresito por cinco efectivos de la Gendarmería Nacional. Según informó la Policía, los habitantes intentaron tomar la comisaría de Andresito, donde se encontraban detenidos los gendarmes, indignados por el trágico suceso. El intento de “pueblada” pudo ser controlado luego de que el titular de la dependencia policial local, comisario inspector Hugo Ariel Benítez, dialogara con el grupo de pobladores y lograra calmar los ánimos.
Testimonio de una de las sobrevivientesUna de las sobrevivientes del ataque, Lida Elba Viñuela, denunció que los efectivos “dispararon directamente y a mansalva sin haber impartido siquiera la voz de alto”. La joven, de 21 años e hija de un suboficial de Gendarmería que presta servicio en esa zona, viajaba con otros tres jóvenes en un automóvil cuando se equivocaron de camino, lo que los llevó al fatídico encuentro con los gendarmes. Relató que circulaba en el vehículo, conducido por Carlos Ap, de 25 años, y acompañada por Cristina Balbuena, de 27, y Patricia Ap, de 20, buscando la chacra de Otto Waidelich, para asistir al cumpleaños de su hija e ingresaron unos 200 metros por un camino errado. “Ibamos al cumpleaños de una amiga, como no conocíamos el lugar exacto de la chacra nos pasamos de largo. Veíamos que no llegábamos nunca, pegamos la vuelta y volvíamos hacia el pueblo”, dijo. “Cuando volvíamos vimos que atrás nuestro venía una luz entonces paramos para ver si no era uno de nuestros amigos, que venía con la camioneta, para preguntarle donde quedaba la casa, y cuando estábamos esperando una de las chicas (Patricia Ap) dice ‘es una ambulancia, una ambulancia'”, sostuvo. “Estuvimos esperando y cuando se acerca, vimos o creímos ver una ambulancia, entonces aceleramos un poco para seguir la marcha esperando que se acercaran para preguntarles donde quedaba la chacra de nuestra amiga. Pero no llegamos a preguntar nada, absolutamente nada, y empezaron los tiros. Carlos frenó. La veo a Patricia herida en la cabeza y llena de sangre y a la otra chica sin conocimiento (aparentemente ya muerta), en el asiento delantero derecho”, agregó. “Entonces le grité a Carlos para que nos fuéramos de ahí. Fuimos hasta la comisaría, donde me bajé yo mientras él continuó hasta el hospital con las dos chicas. Después llegaron los gendarmes y vieron lo que habían hecho”, expresó. La joven desmintió que les hubiesen impartido voz de “alto” y afirmó que “si lo hubiesen hecho, les habríamos escuchado, porque estábamos muy tranquilos y con la radio apagada. Directamente nos dispararon”. “Eramos nosotros y ellos detrás. Nosotros íbamos hablando, no estábamos escuchando música, y una de las chicas iba mirando hacia atrás viendo el auto que se acercaba. Si hubiese habido una voz de alto nosotros hubiésemos escuchado perfectamente porque estábamos en el medio del monte, no había ningún tipo de ruido, pienso que si hubiesen hablado o algo así, íbamos a escuchar”, insistió. |