La educación argentina atraviesa una de sus etapas más críticas de las últimas décadas. Las evaluaciones nacionales e internacionales muestran que una proporción creciente de estudiantes no alcanza los niveles mínimos de comprensión lectora, una habilidad clave para el resto de los aprendizajes. En este escenario, distintos organismos advierten que sin políticas sostenidas y metas claras, la brecha educativa continuará ampliándose.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la analista de datos del Observatorio Argentinos por la Educación, María Sol Alzú, detalló los puntos centrales de la Hoja de ruta para la alfabetización, un documento elaborado “junto a equipos técnicos de 17 provincias del país” que busca orientar y fortalecer los planes jurisdiccionales ya en marcha. Según explicó, la guía “ordena todo lo que tenemos a disposición para que las provincias puedan usarla como un insumo más”.
Además, advirtió que los datos más recientes dan cuenta de una situación preocupante: en las pruebas Aprender 2024 “solo el 45% de los chicos logra desarrollar las competencias lectoras esperadas en tercer grado”. Esa tendencia se arrastra desde años anteriores y coincide con los resultados de evaluaciones regionales, donde “uno de cada dos chicos no entendía lo que leía”, recordó.
La hoja de ruta, como plan de alfabetización, abarca la formación docente inicial y continua, la entrega de materiales -incluidos libros y recursos adicionales definidos por cada provincia- y la implementación de evaluaciones propias que complementen a las pruebas nacionales, permitiendo hacer un seguimiento anual del progreso de los estudiantes desde los primeros grados.
La especialista explicó que todas las provincias avanzan, en mayor o menor medida, en algunos de estos puntos, pero “el nivel de profundidad con el que abordan cada ítem puede variar mucho”. También señaló que uno de los grandes desafíos es la ausencia de metas temporales concretas: “Todavía falta definir objetivos claros, como plantear que para diciembre de 2026 el 75% de los chicos alcance el nivel esperado de lectura”.
Consultada por los plazos para ver mejoras, Alzú señaló que la evaluación Aprender de 2024 debe interpretarse como un punto de partida y que los resultados de 2026 -que se conocerán en 2027- permitirán medir el impacto de los planes: “Después de dos años de implementación deberían verse algunas mejoras”, sostuvo, y remarcó la importancia de identificar provincias que logren avances significativos para “replicar aquello que funcionó”.
Otro de los desafíos actuales tiene que ver con la atención de los estudiantes y el hábito lector, fuertemente influenciados por el uso de pantallas. Según indicó, muchos docentes mencionan la tecnología como una distracción frecuente y, además, “casi la mitad de los chicos tiene menos de cinco libros en su casa”. La evidencia, agregó, es contundente: “No da lo mismo leer en papel que en digital; leer en papel mejora la comprensión y el disfrute”.
Sobre la Ley de Libertad Educativa, Alzú adelantó que el Observatorio aún no realizó un análisis detallado, aunque reconoció que la discusión es pertinente. “Es válida la pregunta sobre si ciertos cambios pueden profundizar desigualdades”, señaló, aunque insistió en que todavía “queda pendiente un estudio más profundo”.
La Hoja de ruta para la alfabetización reúne 30 recomendaciones que abarcan desde la planificación hasta la institucionalización de políticas educativas. El Observatorio espera que el documento contribuya a ordenar las estrategias provinciales y a avanzar hacia un objetivo que consideran urgente: mejorar la comprensión lectora de los estudiantes argentinos.
Aquí el informe completo 👇
AxE-Hoja-de-ruta-documento-completo








