Un tratamiento de belleza de rostro habría sido pagado con un medallón y una cadena de distintos tipos de oro pero falsos. La intervención estética se realizó en esta capital y, hasta el momento, llevó a una celda de comisaría a una comerciante del microcentro denunciada por los delitos de “estafas y amenazas agravadas”.
La denuncia por el engaño para saldar la colocación de hilos tensores y rellenos con un tratamiento denominado biomolecular de alta gama en cejas, pómulos y boca, para corregir arrugas y engrosar labios, fue presentada en la comisaría Cuarta de la Unidad Regional I el 8 de mayo y recayó la investigación en manos del juez de Instrucción 1 de la Primera Circunscripción Judicial, Marcelo Cardozo, quien notificó la acusación del galeno de 44 años a la mujer de 47 apuntada como la timadora que no quiso pagar el servicio que no es considerado una cirugía, sino de una aplicación no invasiva y que no requiere de quirófano como las demás operaciones de estética conocidas.
De acuerdo a las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, la comerciante no respondió a las citaciones judiciales y en cambio tomó trascendencia en redes sociales de una denuncia en junio que su abogado habría presentado por “mala praxis profesional”. Es decir, la señalada como presunta estafadora aseguraba que fue sometida a intervenciones estéticas que le dañaron la salud.
Durante las últimas horas, el médico especialista en estética amplió la queja judicial y habría aportado evidencias sobre amenazas de muerte que habría sufrido por intentar contactar a la paciente o cliente para devolverle la presunta joya y que le saldaran la deuda por su trabajo con dinero.
El jueves el juez Cardozo volvió a enviarle una notificación para que se presenta a declarar al Juzgado de la avenida López Torres y calles Vicente Casares, pero tampoco habría respondido como obliga la ley.
Se dispuso que, efectivos de la comisaría Cuarta se presentaran en el local de ropas a media cuadra de la Plaza 9 de Julio, pero la respuesta fue evasiva de la persona bajo sospecha, por lo que se ordenó su aprehensión ya en carácter de rebeldía.
La reacción de la persona buscada habría sido evasiva nuevamente y se ocultó en su emprendimiento, por lo que se solicitó la colaboración de agentes especiales, principalmente mujeres policías, quienes ingresaron con la orden de allanamiento del juez y la hallaron debajo de un mostrador. Ya sin alternativas de resistencia, se entregó a la labor de seguridad.
El lunes o más tardar el martes, será trasladada a la sede judicial mencionada para responder por la imputación provisoria de los delitos de “estafas y amenazas”, que prevén penas de hasta seis años de prisión.
Encuadre legal
De acuerdo a la denuncia del galeno por “estafas y amenazas agravadas”, el Código Penal Argentino contempla en su artículo 172 “prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro con nombre supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de confianza o aparentando bienes, crédito, comisión, empresa o negociación o valiéndose de cualquier otro ardid o engaño”. Y en el 149 Bis se refiere a las amenazas: “Será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que hiciere uso de amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas. En este caso la pena será de uno a tres años de prisión si se emplearen armas o si las amenazas fueren anónimas. Será reprimido con prisión o reclusión de dos a cuatro años el que hiciere uso de amenazas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad”.