Mientras se avecinan eventos como el TC y la provincia se prepara para recibir a los turistas en la temporada alta de invierno, el ánimo entre los trabajadores del turismo, la hotelería y la gastronomía está lejos del entusiasmo. “Estamos expectantes, pero la situación económica del país no ayuda. El consumo cayó muchísimo y nuestro sector no es de primera necesidad”, advirtió Antonio “Yiyo” Acosta, secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de Misiones (UTHGRA), en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Acosta remarcó que la actividad atraviesa un momento delicado. “Internamente tenemos problemas en los hoteles: escasea la cantidad de pasajeros, y también pasa en los restaurantes. Algunos trabajan bien los fines de semana largos o feriados, pero los primeros días de la semana están vacíos”, explicó.
Esa situación llevó a que muchas empresas recorten horarios de trabajo, adelanten vacaciones o directamente otorguen licencias para evitar despidos. “Tenemos el caso de un hotel donde hace tiempo trabajan ocho horas y les pagan seis. Es una reducción horaria pactada entre empleador y empleado para evitar el despido, porque la reinserción laboral es muy difícil. Hay mucho desempleo, y en nuestra actividad se nota”, graficó el dirigente gremial.
“No somos un sector esencial”
A diferencia de otros rubros como la salud, la alimentación o los servicios públicos, el turismo, la hotelería y la gastronomía son considerados sectores “no esenciales”. Eso significa que, frente a una caída de ingresos o una suba de precios, son los primeros en resentirse. “El que antes salía a comer dos o tres veces por mes, ahora va una. Y el que iba una vez, ya no va. Eso lo sentimos en la caja diaria y en el bolsillo del trabajador”, dijo Acosta.
Uno de los aspectos más llamativos que planteó el titular de UTHGRA Misiones fue la comparación entre la actividad económica actual y la del año pasado. “Con más inflación había más movimiento”, afirmó. Y luego el sindicalista explicó: “Aunque había más inflación, la gente se movía más, viajaba, consumía. Hoy el país está más caro y mucha gente directamente elige irse afuera. Incluso el turismo interno se achicó”.
La esperanza de los gastronómicos y hoteleros misioneros está puesta en la llegada de turistas del centro del país durante la segunda quincena de julio, cuando coinciden las vacaciones de invierno en distritos como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
“Ellos tienen un mayor poder adquisitivo, y cuando vienen son como una bocanada de oxígeno para nuestra actividad, porque consumen y dejan sus recursos en la provincia”, señaló.
Paritarias y aguinaldo en cuotas
Otro problema que atraviesan los trabajadores del sector tiene que ver con las negociaciones salariales. Acosta recordó que el año pasado UTHGRA había pactado un aumento del 16% para el trimestre enero-marzo, pero el Gobierno nacional se negó a homologarlo. “Nos quedamos con un 6%. Y eso cae mal, porque los precios siguen subiendo. Tal vez la inflación sea más baja que antes, pero sigue mes a mes, y se nota cada vez que uno va al supermercado”, aseguró.
Sobre el pago del medio aguinaldo, el dirigente explicó que por ahora no hay muchas definiciones. “Todavía no se habla mucho del aguinaldo. Estamos expectantes de todos estos eventos que se hacen en los municipios, que ayudan un poco. En algunos casos el aguinaldo se paga en cuotas, que la ley lo permite, pero hoy lo que más preocupa es que esté garantizado el ingreso del sueldo mensual y que no se caiga la cobertura de la obra social”, planteó.
Un ajuste desigual
Para Acosta, el ajuste económico llevado adelante por el Gobierno nacional tuvo un impacto muy desigual en la población. “El trabajador quedó desprotegido. Hay un ajuste fenomenal, pero en el tema salarial no hubo acompañamiento. Y esto afecta el consumo, que es la base de nuestro trabajo”, sentenció.
La combinación de salarios que no alcanzan, inflación persistente, poca actividad entre semana y caída del turismo golpea al corazón del empleo en Misiones, donde el sector de servicios tiene un peso importante en la economía provincial.
“Nuestro salario es muy bajo, y eso impacta directamente en que la gente no puede gastar. Eso le pasa a muchos rubros, pero en el nuestro se siente muchísimo”, concluyó Acosta.








