A poco más de tres meses del hecho que derivó en el crimen del misionero Jeremías Sosa (31) en la localidad bonaerense de Luján, la Justicia conformó que tres de los sospechosos detenidos deben permanecer en prisión. La víctima fue confundida con un ladrón y tras ser perseguida lo agredieron y le provocaron la muerte.
La novedad judicial se conoció este fin de semana, cuando la Sala Segunda de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal Departamental de Luján, dictó la resolución respecto a la apelación a la prisión preventiva presentada por los defensores de Gustavo Rocha, Lucas González Bonomo y Alex Iñiguez.
Por otra parte, quedó firme la imputación por “homicidio agravado por su comisión con alevosía”.
La causa tiene un cuarto detenido, Franco Gutiérrez, quien fue aprehendido a fines de abril y el 28 de mayo le fue dictada la prisión preventiva. En tanto hay cuatro prófugos Walter Ariel Arias, María Agustina Atrio, Matías Hernán Atrio y Néstor Rebottaro, sobre quienes hay una búsqueda activa.
En sus inicios la investigación tuvo otra calificación, la cual cambió a medida que la Justicia recababa material probatorio acerca de lo que había sucedido con Jeremías Sosa.
El hecho fue caratulado en un principio como “homicidio en riña”, el cual habilitaba algún tipo de participación de la víctima pero luego fue modificado a “homicidio en agresión” y finalmente se recalificó como “homicidio agravado por alevosía”, que tal como tipifica el Código Penal impone reclusión o prisión perpetua.
Fue el sábado 22 de febrero pasado en horas de la noche, cuando es la localidad citada fue alertada la comisaría local acerca de un grupo de personas que tenía reducido a un hombre.
Al arribo de la patrulla en calle Juan XXIII y Remedios de Escalada, encontraron a Sosa maniatado y con signos de haber recibido una golpiza, pero notaron que ya se encontraba sin vida.
Los que estaban allí daban versiones encontradas, acerca del linchamiento de un “delincuente” pero otros decían que eso no era así, que habían matado a un inocente.
Los testimonios obtenidos por los investigadores permitieron identificar a los supuestos responsables de la golpiza y así fue ordenada su captura.