Uno de los fenómenos cotidianos del comportamiento humano que más han intrigado a los científicos durante años es por qué, una vez que aprendés a andar en bicicleta, nunca olvidás cómo hacerlo, por más tiempo que pases sin practicar. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) cree haber encontrado una respuesta.
Tras profundizar en este enigma, llegaron a la conclusión de que la clave está en el papel del cerebelo, una región del cerebro crucial para el aprendizaje y la memoria de habilidades motoras.
Los hallazgos no solo explican por qué actividades como montar en bicicleta perduran en nuestra memoria, sino que también arrojan luz sobre los mecanismos detrás de la memoria.
De acuerdo con el estudio liderado por la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard (SEAS), el cerebelo desempeña un papel fundamental en la formación de recuerdos motores a largo plazo.
Esto significa que habilidades físicas como montar en bicicleta, nadar o incluso tocar un instrumento, se consolidan en esta región del cerebro de una forma distinta a los recuerdos declarativos, como hechos o eventos.
Maurice Smith, profesor de bioingeniería en SEAS y autor principal del estudio, explicó que el cerebelo actúa como una especie de “puerta de entrada” para estabilizar las memorias sensoriomotoras.
Daños en el cerebelo
A través de experimentos con pacientes que presentaban daños en esta región, los investigadores observaron que la capacidad para aprender y recordar habilidades motoras depende en gran medida del tiempo entre los ensayos de práctica.
Por ejemplo, cuando las tareas se repetían con intervalos de tiempo cortos, los pacientes mostraban un rendimiento casi normal. Sin embargo, al alargar estos intervalos, la memoria sensoriomotora a largo plazo se veía significativamente afectada.
Este hallazgo refuerza la idea de que el cerebelo es esencial para consolidar habilidades que permanecen con nosotros incluso después de largos periodos de inactividad.
El estudio también desentrañó una incógnita que había desconcertado a la comunidad científica durante años: ¿por qué algunos pacientes con daño cerebeloso mostraban un deterioro mayor que otros al aprender habilidades motoras? Según los investigadores, la respuesta radica en el tiempo que transcurre entre las repeticiones de una tarea.
Al analizar datos de múltiples estudios previos, el equipo de Harvard encontró que tareas con intervalos más largos aumentaban la dependencia de la memoria a largo plazo, que está directamente vinculada al cerebelo.
Este descubrimiento no solo explica las discrepancias observadas entre distintos experimentos, sino que también destaca la importancia del tiempo en el aprendizaje motor.
Para Smith y su equipo, estos resultados son un ejemplo de cómo datos antiguos pueden ofrecer nuevas perspectivas cuando se analizan desde un enfoque diferente.
Además, subrayan cómo el cerebro humano ha evolucionado para preservar habilidades cruciales para nuestra supervivencia y desarrollo, como la capacidad de montar en bicicleta.
Gracias al cerebelo, nuestro cerebro puede guardar recuerdos de habilidades motoras a largo plazo, permitiéndonos retomar actividades como si el tiempo no hubiera pasado.
Fuente: MSN / Mundo Deportivo