Se encuentra en pleno desarrollo el ambicioso proyecto de economía circular que transforma aceites vegetales usados, que desechan los comercios gastronómicos, para convertirlos en detergentes, jabones, briquetas y biocombustibles.
Como motor de esta iniciativa se encuentra el ingeniero Hugo Saldivia, fundador de la empresa instalada en el Parque Industrial de Posadas, quien lidera un sistema integral de recolección y valorización de aceites vegetales y minerales usados, en articulación con municipios y la Provincia.
El proyecto comenzó hace cuatro años con un enfoque claro: recolectar los aceites vegetales usados -residuos generados en restaurantes, domicilios y otros rubros gastronómicos- y convertirlos en insumos útiles mediante procesos químicos controlados.
“En Misiones no se valorizaban estos residuos; de hecho anteriormente a nuestro proyecto no existía trazabilidad en su recolección. Para nosotros, estos desechos son recursos que pueden generar valor ambiental, económico y social”, explicó Saldivia a PRIMERA EDICIÓN.
El plan se desarrolla a través de una articulación público privada bajo el paraguas de la Red Misionera de Recolección y Valorización de Aceites Usados y con el impulso del Clúster de Biocombustibles Misiones, que reúne a tres plantas industriales en funcionamiento: la empresa Brox en San Vicente, una planta en el municipio de Puerto Rico e Intacto Welty en el Parque Industrial de Posadas.
El objetivo a corto y mediano plazo es ambicioso: generar un millón de litros de biocombustibles por año a partir de aceites usados, y complementarlo en el futuro con materia prima derivada de plantaciones como hortalizas.
“Ese volumen (millón de litros de biocombustibles) representa aproximadamente un 5% del consumo mensual de combustibles de la provincia”, resaltó Saldivia sobre el potencial
Segunda etapa
Según un estudio elaborado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, basado en la densidad poblacional de Misiones -que ronda 1.300.000 habitantes- mensualmente se descartan cerca de 200.000 litros de aceite vegetal usado.
“Actualmente, nuestro sistema de recolección logra recuperar solo el 30% del total disponible, es decir unos 60.000 litros al mes. Nos queda todavía un gran tramo por recorrer. Por eso es fundamental la cooperación del Estado. Necesitamos captar y dar una correcta disposición final a los 140.000 litros restantes”, dijo enfático.
Además de los aceites vegetales, el programa también contempla una segunda etapa enfocada en la recuperación y tratamiento de aceites minerales, es decir, aquellos provenientes del mantenimiento de motores (aceite mineral). Actualmente, la correcta disposición de estos materiales es crítica desde el punto de vista ambiental: un litro de aceite vegetal puede contaminar hasta 1.000 litros de agua, mientras que un litro de aceite mineral puede contaminar hasta 1.000.000 de litros.
El modelo que comenzó Alem ya replican otras comunas
Uno de los primeros municipios que participa activamente en el proyecto es Alem, cuya concejal Lorena Wolenberg, también habló con este Diario y destacó el trabajo conjunto y el compromiso ambiental de la comuna. “Firmamos el contrato con la empresa para poder sumarnos al sistema de recolección. Parte de los productos que se generan con el aceite recolectado vuelven al municipio, y los distribuimos entre entidades locales”, destacó.
Según la funcionaria, este modelo de economía circular en el que se embarcó su localidad, en el cual el residuo se transforma en un bien y retorna a la comunidad, también comenzó a replicarse en otros municipios de los alrededores, quienes se suman progresivamente al convenio.
Para Wolenberg, “la clave es la conciencia ambiental y la responsabilidad compartida. En Alem nos propusimos trabajar con esta mirada y estamos alcanzando objetivos”, dijo.