En épocas donde los hábitos alimenticios tienden a relajarse, la licenciada en nutrición Florencia Córdoba remarcó que tan importante como elegir qué comemos es cuidar cómo lo preparamos y, sobre todo, cómo nos higienizamos. En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, afirmó que el correcto lavado de manos es el primer paso para una alimentación segura y una herramienta fundamental para prevenir intoxicaciones y enfermedades.
Además, recordó que durante la pandemia muchas personas incorporaron el lavado frecuente de manos, lo que ayudó a tomar conciencia sobre su valor en la prevención de enfermedades. “Mucha gente ya quedó con ese hábito, incluso sigue usando alcohol en gel, y eso es algo positivo”, indicó. Sin embargo, aclaró que el alcohol en gel no reemplaza el lavado de manos: “El alcohol no actúa sobre todos los virus y bacterias. El primer paso siempre debe ser lavarse con agua y jabón”.
La nutricionista detalló que el lavado correcto de manos debe durar unos 20 segundos y que una forma sencilla de medirlo es cantar dos veces el “Feliz cumpleaños” mientras se realiza. “Hay que mojarse las manos, aplicar jabón, frotarse bien entre los dedos, debajo de las uñas y después enjuagar. El secado también es clave porque si las manos quedan húmedas, pueden convertirse en un ambiente propicio para virus y bacterias”, explicó.
Consultada sobre qué hacer en baños públicos donde no hay jabón o toalla limpia, señaló que lo ideal es cumplir la mayor cantidad de pasos posibles. “A veces no sabemos qué pasó con esa toalla, entonces es mejor agitar las manos para secarlas que usar algo que no sabemos si está limpio”, dijo.
En épocas como la actual, en la que abundan frutas como la mandarina que se consume directamente con la mano, Córdoba advirtió que una higiene deficiente puede facilitar la ingesta de bacterias. “Las manos actúan como transmisores. Si no están limpias, me como la mandarina y también me como las bacterias”, remarcó.
También subrayó la diferencia entre los alimentos fríos y calientes. “Los alimentos hervidos matan la mayoría de las bacterias. Pero si después los dejamos un tiempo a temperatura ambiente, estas se pueden volver a reproducir. Siempre hay que tener cuidado, sobre todo con los alimentos crudos”, dijo.
La profesional hizo hincapié en lavarse las manos antes de consumir alimentos, pero también después de manipular productos crudos como la carne. “Si yo corto una carne cruda, estoy en contacto con bacterias que pueden estar en la sangre o entre los huesos. Si no me lavo bien las manos después y me toco la boca, la nariz o los ojos, puedo incorporarlas al cuerpo”, explicó.
Finalmente, Córdoba remarcó que adoptar el hábito del lavado de manos no tiene costo económico y puede evitar múltiples riesgos. “Si ya lo tenemos incorporado, siempre es bueno reforzarlo”, concluyó.