El payé, la magia, la brujería y los rituales en la región del noreste argentino forman parte esencial de la identidad local. Al respecto, PRIMERA EDICIÓN dialogó con el investigador del CONICET y doctor en antropología social Iván Bondar, quien lleva una extensa carrera en el análisis de las prácticas culturales de la región.
En cuanto a la palabra payé, explicó que viene de la tradición guaraní y que entre sus acepciones puede ser “una figura, ese líder religioso, pero puede ser también el acto, la acción, es decir, te hago un payé. Al mismo tiempo puede ser el objeto el payé”.
Aclaró además que “esto no debe ser demonizado, no debe ser de alguna forma llevado al plano de lo impuro”. Sucede que, como parte de la cultura autóctona, “estamos hablando de las prácticas, creencias y saberes que hacen a la identidad de la región… tienen que ver con los modos en que la gente aprendió a domesticar los dolores, a resolver los problemas”.
Recordó que es muy común incluso en la práctica médica que recomienden ir a la curandera que “es nada más y nada menos que una payesera, que te va a curar el empacho, que te va a curar el ojeo”. Señaló que esto sigue vigente, incluso se han aggiornado a los tiempos modernos y utilizan las redes sociales para realizar sus “curaciones”.
En materia de transmisión de conocimientos, Bondar compartió que según sus investigaciones “el arte de la brujería, la magia, la hechicería, son aprendidas y son heredadas”. De acuerdo a las entrevistas que mantuvo, contó que “hay ritos de iniciación muy complejos que suelen empezar aún en el periodo de la virginidad y a corta edad, cuando aquellos que heredan la brujería a sus descendientes se dan cuenta de que hay una suerte de facultad o de inclinaciones a ello”.
Relató el caso de una curandera de Corrientes, que nació en parto doméstico y fue dada por fallecida, velada y sepultada en una chacra. Finalmente, se dieron cuenta que había sido enterrada viva, hecho que terminó por dejarla ciega, pero “ella había potencializado otras facultades que no eran estrictamente humanas, que tenían que ver con poder ver cosas que solo podían ver los no videntes”. Al mismo tiempo al estar inhumada adquirió la facultad de “tener un contacto diferencial con el mundo que el mortal común no podía”.
Como parte de la aprehensión de saberes, incorporan todo lo que deben hacer para determinado fin y también lo que no debe hacerse. En la brujería, la magia, sea por contacto o semejanza, existen habilitaciones y prohibiciones que debe seguir la persona: “Una curandera sabe que cuando tiene que trabajar un determinado pedido en particular quizás tiene que ayunar, consumir determinada comida y otras no, todo para preparar su cuerpo”.
En cuanto a grandes hechiceras o brujas en Misiones y la región, aseguró que “las hay y muchas”, pero la gran mayoría “en el anonimato, perdidas en algunos barrios periféricos de la ciudad de Posadas, otras vinculadas al santoral regional muy reconocido”. Asimismo, confesó que “las hay en sectores distinguidos de la sociedad posadeño”.
Mencionó además prácticas y rituales de la nueva era, como la lectura de la bola de cristal o la cartomancia como “parte del conocimiento de la brujería”. De la misma firma, aún persisten “las ataduras o los trabajos en el cementerio, porque no hay una jerarquía entre ‘qué es más brujería que otra cosa’… solo que la gente lo ve como más caté”.
Remarcó también que existen espacios que tienen energías y se aprovechan para rituales: “El mundo de lo sagrado está vinculado a espacios, lugares socialmente construidos. Entonces, hay lugares donde lo sagrado puede manifestarse con más fuerza”. De acuerdo al sistema de creencias, nombró las calles en cruz o esquinas, según si la intención es cortar o abrir.
A su vez, están aquellos sitios con vegetación, donde “para otros sistemas de creencias constituyen una manifestación de lo sagrado en el mundo ordinario”, agregó. De la misma forma, puede suceder con puntos como los cementerios o días en particular o una luna en especial.
Ciclo de formación profesional
Como parte de la divulgación científica, el Programa de Posgrado en Antropología Social de la facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM realizará una capacitación denominada: Brujería, magia, espiritismo y demonología. Una antropología de las “sacralidades otras”.