“Pase lo que pase, mantente viva. No mueras antes de estar muerta. Mantente viva dentro de ti, mantente viva también fuera. Llénate de colores del mundo, llénate con paz, llénate en esperanza.
Mantente viva de alegría. Solo hay una cosa que no debes desperdiciar de la vida, y es la vida misma”, escribió el ícono del feminismo, Virginia Woolf. Y ¡cuánta razón tenía!
Pareciera que las mujeres tienen que estar siempre un poco tristes, un poco deprimidas o un poco enojadas para poder ser ellas. Nada más lejos de la realidad que nos toca vivir.
¡Vive! Que es a lo que vinimos. ¿Te late el corazón? Estás viva, pero sinceramente, ¿estás viviendo?
A partir de ahora comienza el camino de la vida, del vivir, de buen vivir y para eso estudia, incorpora nuevos conocimientos del área que sea porque hay infinidad de opciones para descubrir que te llenarás de vida. Dejá de posponerte.
Esa inspiración profunda que te hace poner de pie para poder seguir inhalando es la que sentirás a partir de decretar: “Hoy decido mantenerme viva. Decido vivir”.
Muchas veces estamos muertas, haciendo lo que no nos gusta, deseando cosas que tienen otros y al mismo tiempo pensando: “eso no es para mí”. Sí puede ser tuya una vida similar si te pones metas.Soñar queda en el sueño, dormida, pero imaginarte ahí, siendo tú misma es cuando se abren las puertas de la infinitud.
Un sueño logrado arrastra inevitablemente a otro sueño y así uno tras otros, tu vida cobra sentido.
El sintentido desvanece, opaca, irrita, te ves realizando robóticamente los quehaceres cotidianos sin ver reflejado el producto de tu propia creación.
Instruirte, leer, investigar, conversar con gente con la que nunca hablaste, tratar de empaparte en sus conocimientos. Haz preguntas como: “¿cómo lograste…?”. Y te contarán cómo, pero luego no dejes caer esa enseñanza. Escribe tu plan de acción, usa tus herramientas, tus dones.
Descubrí qué se te da bien. Vivir no es “hacer pavadas sin sentido” y creer que eso es la felicidad porque no llegarás a nada.
Sé tú misma, escribe tus deseos, tus sentires más profundos y comenzarán a aparecer imágenes mentales activarán tu centro energético de la vida. ¡Salta al nuevo mundo!
Cómo vivir sin estar muerta
Un asesino de la vida es la victimización, la autocompasión desmedida. Cuando nos escuchamos sentir: “pobre de mí”. Mirá lo que te pasó, llorá, descargá, sentí y elegí no dejarte morir porque seguirás muerta en vida.
Entonces, profundiza en tus conocimientos de ti misma. Anota en perfecta lista, gustos, sabores, aromas, colores, música, bailes, películas, árboles, flores, ¿río o mar?, elige, siente bien. Revisa tu lista y a partir de eso, arma tu agenda: hoy tomo el café con unas gotas de mar. Arma un esquema para estudiar más sobre esos temas. Te verás viviendo más allá de todo lo que dices que te afecta.
Rosanna Toraglio
Periodista y BioPsicoTerapeuta.