Misiones celebra las lluvias significativas que llegaron en un contexto donde se esperaba sequía debido al fenómeno de La Niña. Aunque las proyecciones iniciales indicaban un verano seco, los últimos meses han mostrado un comportamiento climático favorable, con precipitaciones que alcanzaron niveles históricos promedio y beneficiaron a la producción local.
José Olunik, agrometeorólogo del INTA Cerro Azul, explicó a la FM 89.3 Santa María de las Misiones que las precipitaciones recientes no solo fueron abundantes, sino que también llegaron en un momento clave para la agricultura. “Estamos en una situación neutral, donde las precipitaciones totales de noviembre han alcanzado valores muy cercanos a los promedios históricos, con 180 milímetros registrados frente a un promedio de 176 milímetros”, detalló.
El especialista recordó que las previsiones iniciales, hacia mitad de año, indicaban una alta probabilidad de sequía, con un 81% de posibilidades de La Niña. Sin embargo, en las actualizaciones más recientes, ese porcentaje cayó al 53%.
“Con el tiempo, las perspectivas fueron cambiando, indicando que La Niña se iba suavizando o demorando. Hoy estamos en una situación climática neutral. Incluso, algunos centros climáticos de Brasil ya casi descartan la posibilidad de La Niña y sugieren que podría iniciarse un evento de El Niño. Este año ha sido muy cambiante, y eso dificulta hacer proyecciones a largo plazo”, señaló.
Impacto en la producción agrícola
Estas lluvias han sido beneficiosas para la producción misionera en general. Cultivos como la yerba mate, el maíz y la mandioca registraron un buen desarrollo gracias a las condiciones climáticas. Además, las pasturas mostraron un crecimiento sostenido, impulsado por la ausencia de heladas y las precipitaciones moderadas.
“En Misiones no hemos tenido problemas significativos en la agricultura. Las lluvias han sido bastante regulares y cultivos como maíz y mandioca están en buenas condiciones, y en el caso de la yerba mate, la brotación ha sido excelente.”, explicó Olunik.
No obstante, el especialista destacó que la distribución irregular de las lluvias puede generar riesgos, como la erosión del suelo en casos de precipitaciones intensas. Por ello, recomendó a los productores tomar precauciones para evitar impactos negativos.
Un panorama de incertidumbre climática
A diferencia de años anteriores, en los que los fenómenos climáticos se anticipaban con mayor certeza, este año se ha caracterizado por constantes cambios en las perspectivas. “En el pasado, cuando había una Niña, se anunciaba con meses de anticipación y los pronósticos se cumplían. Hoy estamos en un contexto donde las proyecciones se ajustan mes a mes”, indicó el agrometeorólogo.
A pesar de la incertidumbre, las condiciones actuales ofrecen un respiro para el agro misionero y en otras regiones del país. Las lluvias recientes han recargado los suelos en la Pampa Húmeda, beneficiando cultivos como el maíz y la soja, cuya siembra avanza con expectativas positivas.
Con este escenario, el sector productivo afronta el cierre del año con mayor optimismo, mientras las proyecciones climáticas se mantienen en constante evolución.
“Los recortes generan inquietud, ansiedad y preocupación en las personas”
Olinuk también compartió su visión sobre los recientes ajustes económicos, recordando experiencias personales durante la década del 90 y su impacto en el empleo público.
En diálogo con FM de las Misiones, reflexionó sobre los recortes que estarían implementándose en distintos sectores. Aunque aclaró que ya no se encuentra directamente afectado debido a que inició su proceso de jubilación hace seis meses, señaló que estas medidas generan “inquietud, ansiedad y preocupación” en las personas, especialmente en quienes enfrentan la posibilidad de perder sus empleos.
“Es muy difícil para cualquiera perder el trabajo. Lo viví en carne propia durante la década del 90, cuando en el gobierno de Menem se recortó el 30% del personal en el INTA. En ese momento, recién comenzaba mi carrera y fue una etapa muy dura”, recordó.
Olinuk enfatizó que, aunque entiende que un gobierno puede tener sus motivos para ajustar, el impacto emocional y económico de estas decisiones es significativo para la sociedad.