Es una política argentina hoy la de fortalecer el mercado de capitales, por ello crea un producto que pretende que coloque nuevos fondos y dictó una normativa por la cual busca nuevos clientes: los adolescente mayores de 13 años, como nuevos actores, usándolos para colocar el dinero de sus padres o tutores en este tipo de inversiones financieros. Para algunos es el llamado mercado especulativo, ahora podrán comprar Cedears, obligaciones negociables, hacer cauciones, comprar y vender acciones y todo lo que opera en el mercado de capitales.
En el mundo, la mayoría de las leyes, establecen los 18 años como la edad que los jóvenes tienen un mayor grado de madurez emocional y cognitiva para asumir responsabilidades financieras y legales.
Reconociendo esa falencia, el código Civil y comercial establece que el ejercicio de los derechos de la persona menor de edad es a través de sus representantes legales, debido a que por la edad no se tiene la madurez suficiente, para el ejercicio por sí de los actos permitidos por el ordenamiento jurídico.
Pero, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), introduciendo conceptos referidos a la educación financiera, ya introdujo un régimen especial orientado a que los adolescentes puedan utilizar los Fondos Comunes de Inversión (FCI) como alternativas de inversión y ahorro.
A partir de diciembre, la Comisión nacional, como nueva política, ha decidido autorizar la apertura de subcuentas comitentes para jóvenes adolescentes, estableciéndose el alcance de las operaciones y requerimientos que deberán acreditarse en materia de representación legal del menor para que éstos puedan operar en el Mercado de Capitales.
Las subcuentas comitentes para clientes menores de edad a partir de los 13 años, exigen al representante legal del menor de edad, con carácter de declaración jurada, los siguientes datos: nombre y apellido completo, domicilio real, nacionalidad, número de documento de identidad y correo electrónico y todos los requisitos conforme al origen de los fondos sólo podrán realizar operaciones: a) de contado, incluyendo valores negociables de renta fija y renta variable, y b) a plazo, pudiendo realizar –únicamente- de caución colocadora.
Ahora bien, queda claro, que son los padres los responsables de supervisar las acciones de su hijo adolescente y debe estar capacitado en este tema. Bajo ningún concepto, delegarle el manejo de un tema que no conoce, suministrándole fondos, para que no moleste, se mantenga entretenido y deje tal vez de gastar en celulares o comida chatarra, por ejemplo.
Especial cuidado deben tener los padres ausentes, que son permisivos a interminables horas de jueguitos electrónicos y consumo de tiempo en tic toc, haciéndolos adictos al mundo irreal.
Queda claro que la adolescencia es una etapa de la vida que aún no están maduros y el chip que se permita anidar en sus mentes, pensamientos que surgen del consumo de las redes sociales sin la supervisión de los padres, puede llevar a ver como único propósito en la vida, o única fuente para ganarse el pan. Evitar que sean especuladores financieros, apostadores de dinero no generado a través del trabajo o economía real, que los involucre como personas sociales sanas.
En la adolescencia el joven aún adolece, le falta o no está formado en los ámbitos físico emocionales, intelectuales y espirituales. La propensión al suicidio por la baja sensibilidad al fracaso, es de sumo cuidado. La bolsa es una apuesta financiera, que puede llegar a perder catastróficamente o ganar.
Considero que la generación de ingresos a través del Trabajo real, o el resultado de invertir ahorros debe estar en equilibrio. Por otra parte, en cuanto a educación financiera, el concepto a hacer hincapié, no es solo el ahorro inversión, sino el ayudar y ser solidarios con los pobres.
Prudencia y sabiduría por parte de los únicos responsables de los hijos: LOS PADRES.
Perla Dieminger
Contadora
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