La invasión rusa a Ucrania, que inició el 24 de febrero de 2022, el país presidido por Volodímir Zelenski perdió alrededor del 65% de su capacidad energética.
La alta comisionada adjunta del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) de la ONU, Kelly Clements indicó que “los intensos ataques a infraestructuras vitales están teniendo un grave impacto en la salud física y mental de los civiles”. Señaló que los constantes cortes de energía eléctrica, agua y calefacción azotan a toda la población ucraniana.
Clements reveló que su visita al país, la semana pasada, tuvo coincidencia con la primera nevada y “fue un duro recordatorio de las penurias que se avecinan para la gente a medida que la guerra entra en su tercer invierno”.
“Queda mucho por hacer para ayudar a los civiles a sobrevivir en los próximos meses”, remarcó Kelly, quien hizo referencia a lo que sucede en las regiones más afectadas del Este, como Járkov, donde los niños y adolescentes deben estudiar en refugios subterráneos que no tienen luz natural y que carecen de patios de recreo.
En tanto, el oeste de Ucrania es la zona elegida para albergar a cientos de miles de refugiados, que huyen de los constantes ataques rusos al este del país. Esta situación lleva al oeste ucraniano a estar al límite de su capacidad para albergar a los refugiados.
Según datos de ACNUR, tan sólo desde agosto, 170 mil personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares con destino al oeste o incluso fuera de Ucrania.
En la actualidad hay 4 millones de desplazados en el país y 6,7 millones refugiados en otros Estados. De ellos, unos 400 mil se vieron desplazados a otros sitios de Europa en los primeros siete meses del 2024.
En ese sentido, Clements resaltó que es imperioso no dar la espalda a esta situación y seguir apoyando a los refugiados y desplazados, principalmente mientras las instalaciones energéticas y otros servicios básicos estén flaqueando en Ucrania.
Otro dato a tener en cuenta es que ACNUR solicitó 1.000 millones de dólares en 2024 para hacer frente a las necesidades humanitarias en el país atacado, pero solo se ha registrado el ingreso de algo más de la mitad de ese dinero.