La reciente resolución N° 1023 de la Comisión Nacional de Valores (CNV), a través de la cual el Gobierno creó un nuevo régimen especial a los fines de que los jóvenes, a partir de los 13 años, puedan acceder al mercado de capitales ha generado debate. Perla Haydee Dieminger, contadora, magíster en Gestión Pública y coach en finanzas personales, considera que esta medida es “controversial” y alerta sobre los riesgos asociados, especialmente debido a la vulnerabilidad emocional de los adolescentes.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Dieminger señaló que, si bien es legal que los adolescentes inviertan, el dinero provendrá de los padres o tutores, quienes son los responsables de cada acción que los jóvenes realicen. “No tengo cifras exactas, pero sería interesante conocer cuántos padres están dispuestos a darle dinero a sus hijos de 13 años para que manejen e inviertan. En el pasado, hubo controversias respecto a plataformas como Mercado Pago y la posibilidad de que los menores las usaran”, comentó.
“Es positivo que tengan cuentas bancarias o billeteras virtuales para aprender sobre finanzas, pero entrar al mercado de valores es otra cosa”, advirtió y agregó que “personalmente, no estoy de acuerdo. Un adolescente de 13 años aún no tiene completamente desarrollada su capacidad para manejar sus emociones ni su mente. Es positivo que existan opciones como cuentas en el Banco Nación o billeteras virtuales para que empiecen a aprender a administrar su dinero, pero entrar al mercado de valores es otra cosa. Aquí los padres deben estar preparados para acompañar y supervisar cada paso del menor”.
Además, subrayó los riesgos emocionales que enfrentan los adolescentes, explicando que no siempre están preparados para manejar la frustración que puede surgir al perder dinero. “Los adolescentes son especialmente vulnerables en este aspecto. En Misiones, por ejemplo, tenemos estadísticas preocupantes de intentos de suicidio entre adolescentes. Si un joven invierte en la bolsa y pierde, ¿cómo manejará esa experiencia? La inversión en bolsa implica el riesgo de perder, y eso no siempre es fácil de procesar”.
Como recomendación, sugirió que los adolescentes comiencen su educación financiera mediante cuentas de ahorro o plazos fijos, que no conllevan los mismos riesgos que las inversiones en bolsa. “Es fundamental que comprendan el valor del dinero y no se expongan a situaciones de riesgo innecesarias”, expresó.
En su opinión “si los adolescentes no están habilitados para trabajar, ¿por qué se les permitiría hacer inversiones de riesgo? Creo que esta medida alienta la ‘timba financiera'”. por esto cree que la educación financiera es clave, pero debe estar acompañada de supervisión parental. “Es esencial que los padres estén involucrados y preparados para guiar a sus hijos”, concluyó Dieminger insistiendo en que la economía familiar debería ser el primer paso antes de tomar decisiones de inversión.