Mientras los equipos de rescate continúan buscando sobrevivientes bajo los escombros, la investigación sobre el derrumbe del edificio en Villa Gesell llevó a la detención de cuatro personas.
La Fiscalía General de la ciudad, encabezada por Diego Escoda, confirmó el arresto de tres obreros y un capataz que ocupaban un departamento en el Apart Hotel Dubrovnik y ejecutaban una obra en el lugar en el momento del accidente.
La causa, a cargo de la fiscal Verónica Zamboni, quien previamente investigó el caso Báez Sosa, está bajo la carátula de “estrago culposo agravado”. Este delito, según el artículo 189 del Código Penal argentino, contempla penas de hasta cinco años de prisión para aquellos que, por negligencia o imprudencia en el ejercicio de su profesión, causen estragos que pongan en peligro la vida o provoquen una muerte.
La fiscalía también está investigando la responsabilidad de dos arquitectos que supervisaban las reparaciones en el hotel, en caso de que se encuentren indicios de actuaciones fuera de la ley.
Desde la Dirección de Edificios Privados y Espacios Públicos de Villa Gesell se informó que, en agosto, la municipalidad había paralizado una obra en la parte trasera del edificio por falta de autorización. A pesar de que los propietarios solicitaron posteriormente permiso para realizar solo algunas modificaciones menores, la dirección sospecha que se habrían llevado a cabo otras tareas no declaradas y no autorizadas.
En el momento del derrumbe, se estima que había entre siete y nueve personas en el edificio. Hasta ahora, se ha confirmado la muerte de un hombre de 89 años, quien estaba de vacaciones en un edificio lindero al Dubrovnik. Su esposa, de 79 años, fue rescatada con vida y trasladada de urgencia a Mar del Plata.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, explicó que los últimos pisos del Dubrovnik cayeron sobre el edificio vecino, afectando un 25% de su estructura. En el lugar, fuerzas de la Policía de Buenos Aires, junto a personal de Seguridad, Tránsito, Salud y Bomberos, trabajan sin descanso, empleando sondas con cámaras para acceder a zonas inaccesibles entre los escombros y localizar posibles sobrevivientes.