La situación en la aldea mbya Mbokajaty, de San Ignacio, va en picada: un territorio legítimamente indígena está siendo intrusado por una familia que se instaló por segunda vez en el mismo sector del que ya fueron echados una vez.
El conflicto comenzó a fines de julio y parecía haberse resuelto, cuando tras reiteradas gestiones de la comunidad, esta familia -que había sido enviada allí por la Comisaría de la Mujer- fue reubicada en otro sitio.
Pero no tardaron en volver y esta vez trajeron camiones cargados de sus pertenencias, dando por seguro que piensan quedarse.
Ante la pasividad de las autoridades, el pueblo mbya decidió tomar medidas para defender su territorio e iniciaron un bloqueo pacífico en el acceso al Teyú Cuaré.
Mbokajaty espera que la Municipalidad de San Ignacio aparezca con una solución definitiva. Hasta tanto, no se van a mover del camino que cortaron.
“No vamos a parar. Van a venir de varias comunidades. Tienen que solucionar esto, porque nos vamos a quedar lo que haga falta hasta que esto se arregle, se tienen que retirar”, afirmó Kerechu, una mujer miembro de Mbokajaty.
“Los Pueblos Indígenas tienen derechos constitucionales sobre los territorios que tradicionalmente ocupan, y es el Estado, a través de sus diferentes organismos, el que debe garantizarlo. No pueden solucionar un problema de vivienda a costa de usurpaciones”, reclamaron.