“La pedofilia es un trastorno mental y es importante aclarar que la persona nunca se va a recuperar porque su mente ya está estructurada de una manera distinta”, aclaró desde el inicio de la entrevista con FM 89.3 Santa María de las Misiones la psicóloga Selene Bortolotti, oficial auxiliar de la Dirección General de Servicios Sociales de la Policía de Misiones, al ser consultada sobre este tema que atraviesa la opinión pública de los misioneros y de todo el país tras la detención del diputado provincial Germán Kiczka y su hermano.
“Es un trastorno psicológico, en algunos casos con morbilidades de un trastorno antisocial o con trastornos de la personalidad”, agregó al tiempo que diferenció la pedofilia de la pederastia, “en el caso de los pedófilos, hay una excitación sexual por la observación de imágenes de niños o la observación de los niños; pero cuando hablamos de pederastas, el hecho ya está consumado; ahí ya hablamos de un abuso sexual in situ”.
“En la mayoría de los casos son hombres, pero pueden ser tantos hombres como mujeres; generalmente son hombres con autoestima baja, de difícil socialización con personas de su misma edad. Precisamente, por eso se acercan al deseo de tener un niño a su lado, para poder controlarlo, ya que disfrutan del control que ejercen o que pueden tener sobre el menor. También a veces tienen creencias distorsionadas, para excusarse de lo que están haciendo: creen que el niño los provoca, como una forma de excusar su comportamiento, hay falta de moral, de empatía, ignoran el daño emocional que generan en estos niños”, enumeró Bortolotti.
Expertos manipuladores
Para la especialista, “no hay un motivo único para ser un pedófilo o pederasta: es una multiplicidad de factores que tienen que ver con su historia de vida, con los vínculos de la infancia, si los padres lo pudieron contener de forma apropiada y validar sus afectos emocionales”.
Advirtió además que “son personas muy manipuladoras que usan la manipulación en dos aspectos: para el camuflaje social y para manipular a los niños, en especial a través de las redes sociales”.
En este contexto, Bortolotti hizo hincapié en el cuidado y control de los padres sobre sus hijos en el ámbito del manejo de las redes sociales, para prevenir que sean víctimas de pedófilos y pederastas.
Es que los pedófilos “se hacen pasar por otras personas en las redes sociales. Buscan a niños expuestos y vulnerables, ya que ellos son los principales objetivos. Hacen foco en chicos de escasos recursos, con baja autoestima, deprimidos, emocionalmente inestables y con escaso control por parte de los adultos”, reseñó.
Por eso, aseveró que lo ideal es que los niños, cuanto más chicos son, estén menos tiempo en las redes sociales y “que haya un control y seguimiento de los padres, hacerles saber con quiénes pueden hablar y con quiénes no, qué hacer si alguien les escribe o les pide que le agreguen a una videollamada, a un chat o a las mismas redes personales. Hay que tener mucho cuidado con la libertad que se le da a los chicos en las redes sociales. Siempre tiene que haber un seguimiento, un control por parte de los adultos”, recomendó.
“Un perfil no se arma en una sesión o con un dibujo”
Bortolotti insistió que “al ser un trastorno mental, estamos hablando de un tipo de diagnóstico que no tiene recuperación. Esto es importante aclarar, esa persona nunca se va a recuperar porque ya está estructurada su mente de una manera distinta”.
No obstante, la especialista señaló que se puede disminuir su deseo sexual en forma farmacológica, “también con terapias cognitivas se puede encauzar de cierta manera a esas personas para que ellos aprendan a ponerse límites, estimulándolo en la parte moral y ética”.
Consultada acerca de si existen herramientas que permitan detectar el perfil de una persona pedófila, la psicóloga indicó que “un perfil no se arma en una sesión o a partir de un dibujo, sino que se requieren varias entrevistas y una batería de test para evaluar la capacidad cognitiva, su historia, su forma de vinculación, su forma de pensar que nos mostrarían indicadores y patrones… lógicamente, esto se puede hacer con autorización de las personas”.
Recomendaciones
La psicóloga recomendó a los padres que, si pueden, lo mejor es no dejar dormir a los hijos en otras casas. Tratar que estén más cerca de ellos, no dejarlo mucho al cuidado de tíos, abuelos, primos o vecinos a menos que sean de suma confianza. Cuidar mucho el uso del celular, las redes sociales, ver con quiénes se comunican, con quiénes andan.
“Hay horas más delicadas, se recomienda que después de las 22 estén durmiendo y lo hagan entre 8 y 10 horas. El chico que entra a las redes a la madrugada evidencia falta de control y presencia de los padres, que es lo que buscan estas personas”, destacó.
Apóstoles se movilizará hoy por los niños y adolescentes
En comunicación con FM de las Misiones desde Apóstoles Julieta Gómez contó que junto a otros vecinos “tomamos la iniciativa de generar este movimiento para tomar la conciencia de la problemática de abuso sexual en general y sobre todo aquí en el pueblo”. Esta movilización se realizará a partir de las 20.30 horas de hoy desde la plaza San Martín hacia el Espacio Joven de Apóstoles.
Tras el caso Kiczka, señaló que es importante “prepararse para abordar esta problemática con los chicos y adolescentes”. En esta convocatoria, generada por los autoconvocados, aclaró que “va a haber unas palabras y también quien quiera participar exponiendo algo lo va a poder hacer”.
Luego de vizibilizarse lo sucedido en la ciudad y el llamado a movilizarse, compartió que “esperamos ser muchos en la plaza en representación de los niños y adolescentes”.
Julieta indicó que, tras la marcha, esperan puedan aparecer otros testimonios “en esta causa y en otras, porque esto no es de ahora, sino que viene desde hace tiempo”. Con un llamado a generar consciencia, relató que el objetivo es dejar en claro que “hay adultos que apoyan a los niños y adolescentes en sus relatos, para prevenir y darles las herramientas para que puedan hablar y expresarse”.
Con la denuncia y procesamiento a los hermanos kiczka, comentó que la problemática no es nueva sino que en esta ocasión “toca acá y con gente que era muy conocida en el pueblo”. En este sentido, relató que en Apóstoles “hay un montón de gente diciendo que se sabía de determinadas situaciones, de los ingresos a boliches a corta edad, adultos con adolescentes o jóvenes menores de edad”.
Asimismo, esta vecina lamentó que se llegó a este punto por “el poder que la da el pueblo a estas personas, al callarse, siempre hablarlo por lo debajo y nunca exponer o denunciar”. A su vez, comentó que “hay un poco de miedo y desinformación, que genera aún más miedo”.