En medio de una fuerte controversia, los senadores argentinos decidieron dar marcha atrás con el aumento salarial que había disparado sus sueldos a casi 9 millones de pesos mensuales. La decisión se produjo tras una ola de críticas sociales, considerando el delicado contexto económico que atraviesa el país.
Al respecto, la vicepresidenta Victoria Villarruel tomó distancia al aclarar que tiene injerencia solo “sobre las paritarias a los empleados”.
“Es facultad de los senadores desengancharse o no de las paritarias de los trabajadores. Yo solo decido sobre las paritarias a los empleados”, planteó la titular del Senado desde una historia de su cuenta de Instagram tras el cuestionamiento de un usuario.
De esta manera, los legisladores nacionales no cobrarán dicha cifra y su sueldo se mantendrá en 7,8 millones. Si se concretaba el aumento, iba a ser el quinto en menos de nueve meses.
Inicialmente, el aumento del 6,5%, aprobado sin debate y a mano alzada, pretendía ajustarse a los acuerdos salariales del personal legislativo. Este incremento había elevado los sueldos brutos de los senadores de 1,9 millones a 9 millones en menos de un año. El ajuste había sido justificado por las dificultades económicas que los legisladores enfrentaban, especialmente aquellos provenientes de provincias que necesitan cubrir gastos adicionales por sus estancias en Buenos Aires.
Sin embargo, la medida generó un amplio rechazo por parte de sectores opositores y la ciudadanía, que percibieron el incremento como desmedido en un país con un 288% de inflación interanual y donde más del 50% de la población vive en la pobreza. La presión social fue determinante para que los presidentes de los bloques en el Senado acordaran revocar la decisión, asegurando que renunciarían al aumento aprobado.
La decisión fue conocida luego de que el presidente Javier Milei arremetiera contra los senadores y definiera el aumento como “una burla” y “una traición al pueblo argentino”.
La queja de los senadores es que hay funcionarios están a cargo de directorios y cobran sumas superiores. Incluso, hubo legisladores que molestos por las declaraciones del Presidente pidieron cobrar lo mismo que los trabajadores de la Aduana o la AFIP.
Mañana se reunirán los bloques para discutir una estrategia en la que los senadores no queden divididos “entre buenos o malos”. Y ratificaron que la resolución que se aprobó en abril en el recinto salió por unanimidad.
Fuente: Clarín